En plena celebración del Mundial en Sudáfrica, el teatro Royal Opera House de Londres sucumbe también al entusiasmo por el futbol y abre su escenario a una miniópera llena de humor que cuenta los estragos que provoca la pasión por el balompié.
En este caso las vuvuzelas han sido sustituidas por coros, arias, instrumentos de cuerda y un piano para interpretar «Ingerland», una obra para siete cantantes de menos de una hora compuesta por la británica Jocelyn Pook.
«Vivo cerca del estadio del Arsenal (al norte de Londres) y cuando estoy en el jardín de mi casa oigo los gritos de los hinchas, es un sonido evocador», asegura la compositora a la AFP, una experiencia que le inspiró para crear la ópera, aunque reconoce que nunca fue aficionada al fútbol.
«Es como una religión nacional, quería ir al fondo de la cuestión y entender exactamente de qué se trataba», explica.
«Ingerland» — la manera que tiene los hinchas de pronunciar «England» — es una obra llena de ritmo y humor. En pocas escenas consigue recrear el ambiente de un estadio, con los estallidos de euforia o los gritos desesperados de los espectadores, que siguen con el corazón en un puño las gestas de su equipo.
En una de las escenas una cantante recita lentamente nombres de jugadores como si fuera un salmo («Thierry Henry, Ronaldo, …) mientras que en otra un barítono asegura que «el fútbol lo es todo, el fútbol es la vida».
En otro momento el nombre de «Zinedine Zidane», con todas sus resonancias, sirve para crear un aria entera.
La obra intercala varias proyecciones, con escenas filmadas en un estadio o entrevistas a aficionados que hablan del lugar que ocupa el fútbol en su vida y explican sus «ritos» futbolísticos.
De la mano de Jocelyn Pook, los cantos de los aficionados se convierten en «bel canto», como el del Millwall, un club del sur de Londres, conocido por sus hinchas violentos («Â¡Nadie nos quiere pero nos da igual!»).
La compositora también compone una oda al jugador del Liverpool Steven Gerrard («Steve Gerrard, Gerrard, pasa el balón desde 40 yardas, es grande y fuerte…»).
Las «Wags» («Wives and Girlfriends»), un término que usan los tabloides británicos para hablar de las mujeres y novias de los jugadores mejor pagados, son las protagonistas de una de las escenas más divertidas de la obra.
«Somos las wa-wa-wa-wags, con bolsos de Gucci, somos chics», corean en grupo.
Pero «Ingerland» también habla de la otra cara del fútbol, como en la escena en la que una mujer, interpretada por la actriz y cantante Tannishtha Chatterjee, intenta despertar el interés de su marido, pegado a la pantalla del televisor, con con un baile erótico.
El barítono George Ikediashi también se convierte en el portavoz de los que no les gusta el fútbol cuando canta que «intenté que me gustara, pero es aburrido, es tan aburrido…».
Jocelyn Pook está satisfecha de atraer al prestigioso teatro londinense un público que no suele ir a la ópera. Aunque también asegura, bromeando, que algunos posibles espectadores no habrán podido venir porque las representaciones coincidían con partidos del Mundial…
«Ingerland» forma parte de una serie de tres obras cortas («Operashots»), que el Royal Opera House ha encargado a compositores contemporáneos.