El Banco de Pagos Internacionales (BPI) advirtió el lunes de un riesgo de «recaída» de la economía mundial en un periodo de crisis si los gobiernos no ponen plazo a sus planes de estímulo coyunturales y de políticas monetarias ventajosas.
«Conjugados a las vulnerabilidades que subsisten en el sistema financiero, los efectos secundarios de los cuidados intensivos (de la economía mundial) aplicados durante un periodo tan largo pueden crear riesgos de recaída», subrayó el BPI en su informe anual.
Según la institución que reúne a los bancos centrales más importantes del mundo, «los programas de apoyo a los mercados y los establecimientos (bancarios) crearon una dependencia de la cual el sistema financiero corre el riesgo de tener dificultades de liberarse».
El BPI estimó además que la economía mundial también está fragilizada por los riesgos que corren nuevamente los bancos amenazados por una crisis del sector inmobiliario comercial (depósitos, oficinas), que podría provocar más pérdidas en el sector financiero.
«Se puede esperar que la exposición (de los bancos) en (el sector de) el inmobiliario comercial provoque nuevas pérdidas», advirtió en ese sentido el BPI, que celebró el fin de semana su asamblea anual en su sede de Basilea.
Durante una conferencia de prensa el lunes, el director general del BPI, Jaime Caruana, apoyó los anuncios de la cumbre del G20 de potencias industrializadas y emergentes del fin de semana en Toronto (Canadá), donde se recomendaron medidas de reactivación diferentes para cada país.
«Las medidas a tomar en cada país dependerán de las circunstancias que le son propias. La amplitud de los problemas presupuestarios y la situación de los sistemas bancarios varían según las economías. No existe remedio universal», estimó Caruana ante la prensa al final de la asamblea anual del BPI.
En reacción a las medidas anunciadas para reducir los déficits públicos y la deuda soberana, el máximo responsable del BPI subrayó que «nunca son fáciles de tomar» y saludó «el coraje de los gobiernos que se dedicaron a esta tarea».
Durante la crisis financiera en 2008, los Estados salieron a rescatar a los bancos con planes de apoyo masivos. También inyectaron miles de millones de dólares para reactivar sus economías afectadas por la recesión.
Pero estas medidas tuvieron como resultado una explosión del déficit público y del endeudamiento, sobre todo en Europa.
Los gobiernos de varios países europeos enfrentan protestas contra sus planes de reforma del sistema de pensiones y otras medidas de austeridad para recortar el déficit público, unas decisiones que preocupan a Estados Unidos por la amenaza que representan para la reactivación mundial.