Magí­ster


Como acontece con los dí­as que se institucionalizan, en el presente mes se celebra el Dí­a del Maestro. Evocar la importancia y trascendencia de los maestros es referirnos a esas mujeres, a esos hombres que después de nuestra familia, de nuestros padres y abuelos son los que más trascendencia, más importancia tienen en los niños y los jóvenes adultos.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En todo paí­s la profesión de maestro implica respeto, autoridad, ejemplo de ello se deriva la importancia y la trascendencia que esta profesión conlleva. Un buen maestro en cada uno de los grados y niveles de la educación de nuestros connacionales es determinante. De hecho, la calidad del maestro implica enorme trascendencia en el futuro de los educandos.

Si retrocedemos mentalmente, difí­cilmente habrá quién no se recuerde de sus maestros, también, quién no se recuerde quiénes fueron buenos, eficientes y quiénes no deberí­an haber sido sus mentores.

Guatemala, al igual que todos los paí­ses del mundo, especialmente los paí­ses en ví­as de desarrollo, sabe que el presente y el futuro de la nación descansan en la educación y por tanto en los educadores.

La responsabilidad del maestro debe estar complementada por las autoridades administrativas, por el Ministerio de Educación, quienes son los responsables que se amplí­e el contenido de lo que se imparte en la primaria y secundaria, de la misma manera que son las autoridades universitarias las responsables de la calidad educativa y formación de los profesionales universitarios.

Tener un maestro deficiente, un maestro que se ausenta, que medio llega porque no se le fiscaliza por los padres, las autoridades municipales, departamentales y nacionales, es prácticamente un crimen.

La educación constituye los cimientos del desarrollo de la vida del ser, reconociendo ello, los padres, la familia hace el sacrificio que sea necesario para que la familia y sus hijos reciban la mejor educación disponible. No hay inversión más importante que la inversión en el intelecto de la juventud. Celebrar al maestro, reconocerlo en su dí­a debe ser una obligación tanto de alumnos como de los padres de los mismos.

Todo gobierno, a todo nivel, municipal, departamental o nacional, debe reconocer al educador. Todo maestro debe de hacer su evaluación, su autocrí­tica y si por alguna circunstancia no está desarrollando la labor docente que él sabe debe realizar, debe tener la hidalguí­a de retirarse de la actividad docente y darle así­ la oportunidad para que otra persona cumpla la tarea más adecuada, se desarrolle como docente.

El educador nunca termina, nunca está totalmente preparado porque la ciencia y el conocimiento permanecen en constante cambio, tampoco termina su satisfacción porque él como sembrador de conocimiento mira dí­a a dí­a, año a año florecer la semilla del saber en la mente de los niños, los jóvenes y adultos que en la escuela, el colegio y la universidad reciben el conocimiento que él imparte.

El maestro tiene sin lugar a dudas una de las tareas humanas más satisfactorias. El sabe que su labor es tan importante que por esa misma razón a Jesucristo se le conoce como Divino Maestro y a él se le confí­a los más preciado: los niños, los educandos, por ello este dí­a que se celebra el Dí­a del Maestro debe ser de orgullo, alegrí­a y satisfacción