Al menos quince personas murieron y decenas resultaron heridas hoy sábado al explotar una bomba cerca de un tribunal de Quetta, en el sudoeste de Pakistán, informó el ministerio paquistaní del Interior.
«Al menos 15 personas murieron, entre las que se encuentran empleados de la justicia, y alrededor de 35 resultaron heridas», declaró a la AFP el portavoz del ministerio, Javed Cheema.
Un juez de asuntos civiles se halla entre los fallecidos, precisó el ministro del Interior, Aftab Sherpao.
Un médico del principal hospital civil de Quetta afirmó que diez de los heridos se encuentran en «estado muy grave». «Sufrieron quemaduras graves», aseguró el doctor Ahmed Khan.
«La explosión fue muy potente. Buscamos saber si se trató de un paquete bomba o de un ataque suicida», comentó a la televisión pública Shoaib Nosherwani, ministro del Interior de la provincia de Baluchistán, de la cual Quetta es la capital.
Una cincuentena de personas resultaron heridas, según Nosherwani.
El artefacto detonó cerca de un tribunal civil, al interior de un complejo que alberga igualmente una oficina de la policía, en la que se otorgan permisos de conducir.
La explosión ocurrió en momentos en que centenares de personas aguardaban para obtener sus licencias o para ser atendidas por la policía o funcionarios judiciales.
La provincia de Baluchistán se ubica en la zona fronteriza con Afganistán e Irán, y ha sido objeto de la violencia desde 2005 a causa de una rebelión de milicias tribales que reclaman más autonomía política y económica.
La violencia se ha cobrado centenares de víctimas fatales.
El estado de alerta había sido reforzado, luego de tres atentados acaecidos en las últimas semanas.
El atentado en Quetta es el sexto que se produce en Pakistán en un mes.
A fines de enero, quince personas fallecieron en un ataque suicida en Peshawar (noroeste), capital de otra provincia blanco de la violencia, cercana a la frontera con Afganistán.
Un día antes, otro atentado causó dos muertes, en el hotel Marriott de Islamabad. El autor del ataque fue uno de los fallecidos.
La mayor parte de los actos de violencia son imputados a los rebeldes pro-talibanes que se oponen a la «guerra contra el terrorismo» ordenada por el presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, en la región tribal próxima a Afganistán.
Se sospecha que rebeldes talibanes que efectuaban operaciones de guerrilla en Afganistán contra las fuerzas de seguridad y las tropas internacionales desplegadas en el país, fueron acogidos en esta zona de Pakistán.