Decenas de miles de personas se congregaban hoy sábado en la ciudad de Vicenza, en el norte de Italia, para protestar contra la planeada ampliación de una base militar de Estados Unidos en la ciudad, un asunto que ha dividido al gobierno italiano de centro-izquierda.
«í‰ramos diez en el vagón», declaró Gino Del Ferraro, de 23 años, un estudiante de física que llegó a la ciudad en un tren fletado por el partido de Refundación Comunista, uno de los entes integrantes de la coalición del primer ministro, Romano Prodi, que se opone a la ampliación de la base, junto a otra formación comunista más pequeña y a Los Verdes.
Prodi decidió el mes pasado no incumplir la promesa de su antecesor pro-estadounidense, Silvio Berlusconi, de llevar a cabo la expansión de la base en Vicenza, una ciudad de 100,000 habitantes.
La base estadounidense de Camp Ederle, una de las siete instaladas en Italia, acoge actualmente a 2.750 soldados de la 173ª Brigada aerotransportada.
El objetivo de Washington es trasladar a Vicenza al resto de efectivos de este grupo que se encuentran en Alemania y suman un total de 1.800.
La embajada de Estados Unidos instó a sus ciudadanos a mantenerse alejados de Vicenza entre el viernes y el sábado, a la vez que previó la asistencia de unos 70.000 manifestantes.
La prensa italiana informó este sábado que se esperaba a unas 80.000 personas, mientras que las autoridades advertían sobre posibles actos de violencia perpetrados por «extremistas».
Prodi llamó por su parte a abstenerse de recurrir a cualquier forma de violencia.
«Las manifestaciones son la sal de la democracia, pero deben ser pacíficas, serenas y sin violencia», subrayó Prodi.
«La prensa nos ha calificado de extremistas», criticó por su parte Oscar Mancini, representante regional del mayor sindicato de Italia, el izquierdista CGIL, durante una manifestación previa el viernes.
Mancini resaltó que más de 20.000 personas ya realizaron en diciembre pasado una protesta pacífica contra la ampliación de la base.
«Mañana (sábado) será lo mismo», previó.
El espacio aéreo sobre Vicenza fue cerrado previamente a la marcha, cuyo comienzo estaba programado a las 14H30 locales (13H30 GMT).
La manifestación abarcará una zona de 6,5 km y durará unas cuatro horas, antes de concluir con un encuentro en un parque.
Efectivos policiales se habían desplegado en la ciudad, sobrevolada por algunos helicópteros.
El ex alcalde de Vicenza Achille Variati afirmó que los manifestantes fueron erróneamente presentados como anti-estadounidenses: «Esto es (una lucha) entre nosotros con la administración de la ciudad», aseguró a la AFP, antes de estimar que «sería un gran error ser anti-norteamericano».
El plan de Estados Unidos, con un costo de 500 millones de dólares, supone la consolidación de la brigada de 2.750 hombres en Vicenza, para lo que se planea la utilización de la base aérea de Dal Molin, en el sector opuesto a Camp Ederle.
Según Variati, el proyecto de ampliación de la base estadounidense duplicaría la presencia militar de dicho país en la región.
Mientras las autoridades locales y regionales están a favor del plan, pacifistas, defensores del medioambiente y residentes se muestran contrarios, a pesar de las cerca de 1.200 plazas de trabajo que provee la base en la región.
El embajador estadounidense en Italia, Ronald Spogli, fue acosado por manifestantes durante una visita a Vicenza, que se ubica a unos 40 km al oeste de Venecia.
La base es uno de los asuntos que han complicado las relaciones entre Italia y Estados Unidos, luego de que Prodi asumiera sus funciones en mayo de 2006 y retirara el contingente militar italiano desplegado en Irak.