Plan para reducir déficit


El nuevo gobierno de coalición británico presentó hoy un plan austeridad para eliminar el enorme déficit público del paí­s en los próximos cinco años, con drásticos recortes del gasto estatal y subidas de impuestos como el IVA.


El ministro de Finanzas calificó de «duro» pero «justo» el presupuesto de emergencia que presentó en el parlamento y que incluye ahorros por 17.000 millones de libras (25.000 millones de dólares, 20.000 millones de euros) en los próximos cinco años, una congelación de los salarios de los funcionarios y un impuesto sobre los activos de los bancos.

«El presupuesto de emergencia aborda de manera decisiva las deudas récord de nuestro paí­s. Paga por el pasado y planea para el futuro», declaró Osborne, en referencia al plan británico, que se suma al ya presentado por otros paí­ses europeos -como España o Grecia- con graves problemas en sus cuentas públicas.

El ministro no desaprovechó ninguna oportunidad de responsabilizar del estado actual de las finanzas públicas al gobierno anterior, que dejó un déficit sin precedentes de casi 155.000 millones de dólares al final del ejercicio que concluyó en marzo.

El objetivo del gobierno formado por conservadores y liberal demócratas es eliminar totalmente el déficit presupuestario estructural, es decir el que se produce independientemente de la influencia del ciclo económico, en un plazo de cinco años.

«Vamos camino de reducir la deuda y tener un presupuesto estructural equilibrado al final de esta legislatura», en el ejercicio 2014-2015, afirmó Osborne.

Una de las medidas más espectaculares, y probablemente también impopulares, es el aumento en 2,5 puntos del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que pasará del 17,5% actual al 20% a partir de enero de 2011, que al final de la legislatura generará más de 13.000 millones de libras (19.000 millones de dólares, 15.600 millones de euros) de ingresos anuales suplementarios.

«Los años de deuda y de gasto han hecho que esto sea inevitable», indicó Osborne, quien con 39 años es el ministro británico de Finanzas más joven en más de un siglo.

El presupuesto también contempla una congelación durante dos años de los sueldos de la mayorí­a de los trabajadores del sector público -es decir el 72% que ganan más de 21.000 libras anuales)-, a los que Osborne instó a hacer los mismos sacrificios que sus homólogos del sector privado.

«Este paí­s estaba viviendo por encima de sus medios cuando llegó la recesión y si no enfrentamos el tema de los sueldos y las pensiones, se perderán más empleos», declaró el ministro, que anunció por otra parte su objetivo de bajar al 6,1% la tasa de desempleo para 2015, frente a 8,15% a finales de este año.

El gobierno reducirá o revisará al mismo tiempo numerosas beneficios sociales, como las ayudas a las familias con hijos, a la vivienda o a los discapacitados, lo que permitirá ahorrar unos 11.000 millones de libras en cinco años.

Sin embargo, unas 900.000 familias de ingresos modestos deberí­an dejar de pagar el impuesto sobre la renta, tras la decisión de aumentar en 1.000 libras el umbral de exoneración fiscal de los hogares sujetos a la tasa de imposición más baja (20%).

En el ámbito fiscal, el gobierno anunció también un nuevo impuesto sobre los activos de los bancos que operan en el Reino Unido, que entrará en vigor en enero y aportará unos 2.000 millones de libras anuales. La medida recibió el apoyo de Francia y Alemania, que preparan impuestos similares.

Estas medidas de austeridad repercutirán en la economí­a británica, que crecerá 1,2% en 2010 y de 2,3% en 2011, menos que el 1,3% y el 2,6%, respectivamente que habí­a estimado la semana pasada el nuevo organismo creado por el gobierno para supervisar las finanzas públicas y que habí­a rebajado una primera vez las previsiones anunciadas por los laboristas.