Una trampa para Federer


Luego de vencer en la cancha, el suizo Roger Federer (D) camina con el colombiano Alejandro Falla . AFP PHOTO / GLYN KIRK

El colombiano Alejandro Falla está tumbado sobre el césped de la pista central de Wimbledon, rota la cara de dolor, mientras un fisioterapeuta le masajea con rapidez una pierna.

Redacción Deportes
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Solo ha ganado siete partidos sobre hierba en toda su carrera. Jamás ha pasado de segunda ronda en la catedral del tenis. Y no es él, sin embargo, quien vive una situación desesperada: cuando el número 60 pide ser atendido, Roger Federer se sienta con dos mangas cedidas (7-5 y 6-4), tan mudo en el debate, tan calladito en su primera ronda, que Falla se encuentra errando la primera estocada (desperdició 0-40 y ventaja con 4-4 en la tercera manga); sacando luego para firmar una victoria que hubiera sido un cataclismo (5-4 y servicio en la cuarta); y viéndose finalmente remontado sin que el suizo tuviera dictado alguno en el partido. Federer no ganó a Falla. Falla perdió (5-7, 4-6, 6-4, 7-6 y 6-0 en 3h 18m) contra Federer.

«Tuve suerte», admitió el número dos con voz gangosa, igual que si le hubiera traicionado un catarro. «He perdido este año dos encuentros en los que tuve punto de partido y que no debí­ perder. Este lo he ganado y no debí­a hacerlo», concedió. «En los últimos seis años, nunca habí­a tenido que ir a cinco sets en la primera ronda de un grande. Ha sido frustrante. No estoy acostumbrado. Fue incómodo. No es normal que yo esté 2 sets a 0 abajo. No importa ahora cómo me sintiera en ese momento. Lo que importa es que volví­ y gané».

Falla jugó ayer su tercer partido contra Federer en el último mes. De los dos anteriores salió derrotado y con tres decisiones consensuadas con Marc Gorriz, su técnico español. Primera, entrenarse en hierba con el ucranio Stakhovsky, campeón en «s-Hertogenbosch, porque tiene un golpeo cortado parecido al del número dos. Segunda, desmenuzar los DVD de sus dos partidos precedentes con el suizo, en Roland Garros y Halle. Y tercera, aplicarse al resto siempre por delante de la lí­nea de fondo, en agresiva posición, como consecuencia de ese análisis: «Vi que le incomodo cuando le ataco al resto, porque no está acostumbrado a que le devuelvan bien. Tengo muchí­sima confianza en mi devolución. Estaba poniéndole presión, por eso estaba ganando. Le ataqué en sus saques y eso le causó problemas. Vi, también, que me atacaba constantemente con su cortado contra mi derecha… y llamé a Stakhovsky».

Cuando el sol empieza a amarillear la verde hierba, calados los sombreros blancos en las vetustas cabezas de los caballeros británicos, Falla sufre un ataque de nervios. El plan trazado funciona a la perfección. Federer, que solo le habí­a permitido seis juegos en los cinco sets que habí­an disputado anteriormente sobre hierba, está al borde del colapso. La gloria está a un juego de distancia. Una gran sorpresa de la historia del tenis, tras un corto trecho de cuatro puntos. Son cinco minutos para quedar para siempre inmortalizado en los libros. «Y entonces», cuenta luego Falla; «dudé». «Y entonces», cuenta luego Federer; «creí­ en que podí­a romper su saque, más de lo que lo hubiera creí­do de haber perdido en el 0-40 que tuve en contra con 4-4 en la tercera manga». Y entonces, con dejaditas que iban minando una y otra vez la moral y las castigadas piernas de Falla, Federer remontó un partido que debió perder (33 errores no forzados, 59% de primeros saques y 7 dobles faltas, para una tarde de tenis mecanizado, sin quinta marcha) y que quizás marque un torneo en el que siempre es favorito. Un dato resume cómo de igualado, cómo de reñido, estuvo su primera ronda, por las hechuras más bien una semifinal o un encuentro decisivo: cuando ambos tenistas llegaron al tie-break del cuarto set habí­an ganado los mismos puntos (139).

Federer sigue jugando en Wimbledon. Hoy debuta Rafael Nadal ante el japonés Nishikori, un niño prodigio. Llega también el británico Murray, y todos los tenistas están sobre aviso. Rugió Falla y tembló Federer. Apareció la italiana Schiavone, campeona de Roland Garros, y se fue por donde vino (7-6, 5-7 y 1-6 ante la rusa Dushevina). Ningún favorito puede estar seguro en Wimbledon.

Primera ronda. Hombres: A. Montañés a P. Lorenzi (Ita.), 6-3, 7-6 (5) y 6-2. F. López a J. Levine (EE UU), 7-6 (2), 3-6, 6-2 y 6-3. Mujeres: V. Zvonareva (Rus.) a N. Llagostera, 6-4 y 6-1. K. Clijsters (Bél.) a M. Camerin (Ita.), 6-0 y 6-3. Hoy (Hombres): R. Soderling (Sue.)-R. Ginepri (EE UU), J. Hayek (R. Che.)-A. Murray (R. U.), F. Verdasco-F. Fognini (Ita.). Mujeres: S. Williams (EE UU)-M. de Brito (Por.).