Quién fiscaliza a quién


A consecuencia de la guerra interna surgieron movimientos sociales que fueron un paliativo al baño de sangre sufrido, que en su momento fueron necesarios, ya que contribuyeron como contrapeso en los últimos años de lucha armada.

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

Los momentos históricos cambian con mucha rapidez, en teorí­a se firmó la paz, pero la práctica nos ha demostrado que cada dí­a estamos más lejos de ella, consecutivamente han surgido más movimientos, que se han autodenominado Sociedad Civil, convirtiéndose en un poder paralelo, con el silencio de la población, se han tomado atribuciones de facto que no contempla ni la Constitución ni las leyes vigentes, estos grupos paulatinamente se han apoderado de la toma de decisiones importantes, siendo la mayorí­a de ellos unipersonales, en las manifestaciones que han organizado, siempre se observan los mismos rostros. Uno de los problemas más graves de Guatemala es la falta de justicia pronta y cumplida, los Magistrados de ambas Cortes duran cinco años en sus funciones, otros directores de instituciones relacionadas con la justicia duran cuatro, en contraposición uno de estos grupos tiene aproximadamente 17 años de creación, teniendo desde su inicio un protagonismo importante, pero su aportación al fortalecimiento del Sistema de Justicia no ha dado frutos, ya que ha sido más un ente polí­tico y de denuncia, que de propuestas reales, concretas, factibles y realizables para la justicia, desde su creación hasta el momento teniendo apoyo económico, académico y de relaciones con la Comunidad Internacional, siendo su dirigencia vitalicia a diferencia de Jueces y Magistrados cuyos perí­odos de funciones son limitados, esta seudo agrupación entre otras ha tenido una aportación invisible, ya que no ha sido protagonista en 17 años de cambios reales y tangibles en la justicia, el último año ha participado junto a otras seudo agrupaciones similares, como Juez y Parte en el proceso de selección de diversos actores importantes para la justicia, a pesar de haber sido parte de la creación de la Ley de Comisiones de Postulación, se arrogaron potestades que la misma no les confiere, siendo los primeros en violentarla, politizaron aún más las diferentes elecciones, ya que tení­an su propia agenda, y candidatos.

La ley sirvió para evidenciar los intereses de diferentes grupos paralelos, entre los que no quedó fuera la autollamada Sociedad Civil, quienes se atribuyeron nuestra representación, para señalar, condenar y denigrar sin pruebas a diferentes profesionales con pasado dudoso o no, que merece otro análisis.

Se ha evidenciado que no solamente movimientos de grupos oscuros quieren seguir copando la justicia, sino que hay otros grupos paralelos que bajo el manto de asociaciones y con el discurso de defensa de los DDHH, se prestan a un juego que hunde más al paí­s, hay variedad de intereses que no son precisamente el ideal de la aplicación de justicia en general. Es obvio que dentro de estos grupúsculos existen interesados no en fiscalizar los procesos, sino que en colocar a sus allegados, lo fatal es que no han dudado en juzgar y condenar, convirtiéndose en tribunales especiales, prohibidos en la Constitución, y violentando las principales garantí­as como la presunción de inocencia y el debido proceso, que ignoran, realizan una verdadera cacerí­a de brujas, incluyendo en la misma bolsa a sirios y troyanos y su dedo acusador ha sido inmisericorde destruyendo prestigios que no se pueden reconstruir.

En todo este entramado Castresana cometió un grave error, probablemente por no conocer nuestra cultura macondiana, confió en algunos personajes de estos grupúsculos, que sin ética, legitimidad y objetividad le dieron información sesgada, asimismo fue copado por otros grupos y personas con intereses particulares, los que no le permitieron ver el bosque, esperamos que su sucesor se mantenga alejado de estos grupos para ser objetivo y lograr su cometido.

Tenemos instituciones descabezadas, un sistema de justicia prácticamente colapsado, ¿Cuál ha sido la aportación real de estos grupos durante años de existencia, recibiendo dinero, viajes, y apoyo de la Comunidad Internacional? ¿Si su dirigencia es vitalicia a diferencia de los funcionarios públicos no deberí­amos tener de ellos logros precisos? ¿Quién los fiscaliza a ellos, y les pide resultados concretos de su trabajo de tantos años? Ellos además de una parte de la prensa, columnistas y otros, son los responsables indirectos del precipicio al que nos encaminamos.

La lección es que en todos los grupos existen intereses personales, los culpables somos todos, pero hay unos con una responsabilidad irrefutable, los abogados, los columnistas, los medios de comunicación y la sociedad civil, nuestra realidad se ha desnudado.