En relación al papel que jugará su fuerza polí­tica de ahora en más, Mockus la resumió en base a dos atributos: «independencia y deliberación».

Dijo que la bancada de su partido -a la que las elecciones legislativas de marzo le otorgaron una representación mí­nima en ambas cámaras- «tiene el deber de ejercer el control polí­tico», que deber ser «justo y libre de presiones».

«Apoyaremos lo bueno y nos opondremos a lo malo», expresó el lí­der de los verdes al referirse a la futura gestión de Santos. «Apoyaremos aquello que se revele como bueno luego de un intercambio de argumentos libre de presiones», detalló en el discurso que pronunció ante sus seguidores.

«Desistir o persistir y aprender de la dificultad» son las dos opciones que -a juicio de Mockus- existen cuando no se alcanzan los objetivos.

A la luz del desenlace de este domingo postuló que «las organizaciones y los partidos no están hechos para renunciar, están hechos para persistir y aprender».

Para el lí­der del Partido Verde, a partir de esta la elección presidencial «se consolida una nueva fuerza polí­tica» que tiene «vocación de gobernar y permanecer en el tiempo».

Mockus, quien concurrió a la segunda vuelta sin trabar alianzas con otros partidos, considera que los resultados «obtenidos en tan poco tiempo» constituyen la prueba de que son «una opción de gobierno».

Tras la votación de este domingo, el Partido Verde tendrá su próxima prueba en 2011 cuando se realicen los comicios regionales para elegir gobernadores y alcaldes, entre otras autoridades.

Esa será una oportunidad para corroborar la evolución del proyecto polí­tico liderado por Antanas Mockus.