Dialogan sobre migración y contratista detenido


Estados Unidos y Cuba iniciaron hoy en la capital estadounidense una tercera ronda de diálogo migratorio, que estará sin embargo dominado por el caso de un contratista norteamericano detenido en la isla desde diciembre, cuya liberación reclama Washington.


El diálogo técnico entre estos paí­ses que carecen de relaciones diplomáticas formales desde hace casi medio siglo, ya comenzó a puerta cerrada y al final del mismo se emitirá un comunicado, confirmó a AFP el portavoz del Departamento de Estado para la región, Charles Luoma-Overstreet.

Según el Departamento de Estado, esta jornada, como las anteriores, se centra en «cómo promover la migración segura, legal y ordenada entre Cuba y Estados Unidos», pero en esta ocasión Washington insistirá en el tema del contratista Alan Gross, detenido en Cuba desde diciembre, indicó el portavoz.

Gross fue detenido cuando se encontraba en Cuba proporcionando celulares y computadoras portátiles a grupos judí­os, empleado por una empresa subcontratada por el Departamento de Estado.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó el jueves que durante el diálogo se le subrayará a los cubanos «que la prolongada detención de Alan Gross está dañando las relaciones entre Estados Unidos y Cuba».

Clinton, quien recibió a los familiares de Gross en el Departamento de Estado, afirmó que Estados Unidos seguirá usando «todos los canales disponibles» para presionar por la liberación del contratista de 60 años.

El gobierno cubano asegura que Gross cometió delitos graves al servicio de la «polí­tica subversiva» de Estados Unidos y que su investigación continúa.

Las delegaciones en Washington las encabeza, por Estados Unidos, el asistente del secretario de Estado adjunto para América Latina, Craig Kelly; y por Cuba, funcionarios de la cancillerí­a, indicó el Departamento de Estado.

Las anteriores rondas de diálogo migratorio, que se habí­a paralizado en 2003, tuvieron lugar en la sede de la ONU en Nueva York en julio de 2009 y en La Habana en febrero pasado.

Las conversaciones regulares, que se detuvieran en medio de las tensiones del régimen castrista con el gobierno de George W. Bush, comenzaron en 1995 para coordinar medidas que evitaran una emigración masiva de cubanos al paí­s del norte.

Estados Unidos se comprometió a otorgar unas 20.000 visas a cubanos cada año y Cuba a recibir sin tomar represalias a quienes intenten escapar de la isla y sean capturados en el mar por los guardacostas de Estados Unidos.

Todos los años miles de cubanos arriesgan su vida para intentar llegar por mar a las costas estadounidenses, donde recide la mayor parte de los 1,5 millones que emigraron por razones económicas o polí­ticas.

Ambos paí­ses también retomaron recientemente un diálogo sobre el intercambio postal directo.

Pese a estos incipientes gestos, y la medida de Barack Obama tras su llegada al poder de liberar los viajes y enví­o de remesas a los cubano-estadounidenses a la isla, los dos paí­ses se han distanciado y han arreciado sus crí­ticas mutuas en los últimos meses.

El enfriamiento de los contactos se produjo sobre todo tras el arresto de Gross y de la fuerte condena de Washington a la muerte en febrero del preso opositor cubano Orlando Zapata tras una larga huelga de hambre.

Estados Unidos reiteró esta semana que una mejor relación con Cuba dependerá de que la isla avance hacia el respeto de las libertades y derechos humanos de su población.