Casi 60% de PIB mundial se concentrará en paí­ses desarrollados


En el año 2030, casi el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) del mundo se concentrará en los paí­ses en desarrollo. AFP PHOTO/Frederic J. BROWN

En el año 2030, casi el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) del mundo se concentrará en los paí­ses en desarrollo, como resultado de una «transformación estructural» de «importancia histórica» en la economí­a mundial, afirmó la OCDE en un informe difundido el miércoles.


En el año 2000, los paí­ses que no integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), actualmente formada por 34 paí­ses, representaban el 40% de la producción mundial, pero en el 2030 concentrarán el 57%, según el estudio, titulado «Perspectivas sobre el desarrollo mundial 2010: riqueza cambiante».

«El rápido crecimiento de las economí­as emergentes ha llevado a un reacomodamiento del poder económico» y ha dado lugar a una «nueva geografí­a del crecimiento mundial», afirma el estudio, antes de apuntar que «la crisis financiera y económica aceleró esta transformación estructural de la economí­a».

«Las previsiones (…) sugieren que los paí­ses en desarrollo y los emergentes representarán casi el 60% del PIB mundial en 2030», sostiene.

Ejemplo de la «transformación estructural» que se ha ido produciendo en los últimos 20 años, es el caso de China, subraya la OCDE, paí­s que en 2009 se convirtió en el «principal» socio comercial de Brasil, India y Sudáfrica.

«El centro de gravedad económico del planeta se ha desplazado hacia el Oriente y el Sur; de miembros de la OCDE a economí­as emergentes», dice el documento, que califica ese fenómeno de «riqueza cambiante».

Para la OCDE, esta realineación de la economí­a mundial representa un «cambio estructural de importancia histórica» que supone también cambios a la hora de fijar la agenda internacional.

«La nueva configuración del poder mundial económico y polí­tico significa que los paí­ses prósperos ya no pueden fijar solos la agenda», dice la OCDE, para la cual el «nuevo esquema de gobernabilidad mundial refleja las cambiantes realidades económicas».

Subraya que el papel del G20 (de las principales potencias industriales y emergentes) desde el estallido de la crisis «muestra cómo las potencias convergentes se vuelven protagonistas cada vez más importantes en la gobernabilidad mundial» y lo considera «positivo».

Esta nueva configuración también incide en las negociaciones internacionales pues puede «incorporar espacio para nuevas coaliciones estratégicas entre los paí­ses en desarrollo».

Según el secretario general de la OCDE, el mexicano Angel Gurrí­a, este fenómeno de «riqueza cambiante» deberí­a ser visto como «una oportunidad para que la economí­a mundial pase a la velocidad superior».

El nuevo mapa de la economí­a mundial ha puesto en evidencia la «intensificación» de la interacción entre los gigantes emergentes y los paí­ses pobres, que la OCDE resume en «la creciente importancia del Sur para el Sur», una tendencia «que posiblemente continúe».

Si entre 1990 y 2008 el comercio mundial se «cuadruplicó», en términos «Sur-Sur se multiplicó más de diez veces», afirma.

Por esa razón, esos flujos comerciales podrí­an ser «uno de los principales motores de crecimiento durante el próximo decenio», dice la OCDE, que propone reducir los aranceles Sur-Sur «a los niveles aplicados entre los paí­ses del Norte».

«América Latina es parte de este proceso, de las áreas más dinámicas de la economí­a mundial», pero tiene que «aumentar la productividad» para enfrentar «la formidable competencia de Asia», dijo Gurrí­a a la AFP tras la presentación de este informe anual del Centro de Desarrollo de la OCDE.

La lucha contra la pobreza sigue siendo un «desafí­o mayor» para el mundo en desarrollo, estima la OCDE, que habla de «500 millones» de pobres menos desde los años 90. Pero advierte que en muchos casos el crecimiento ha sido acompañado por una «creciente desigualdad». Según Gurrí­a sólo un «crecimiento sostenible» permitirá reducir la desigualdad mendiante la generación de «empleo, que es el único igualado».

El estudio aconseja a los responsables formular polí­ticas para reducir la desigualdad de ingresos, responder al crecimiento de la demanda de exportaciones agrí­colas, explotar el potencial de la inversión Sur-Sur y apoyar la investigación y desarrollo.