Razones para alejarse de Occidente


El Primer Ministro de Turquí­a, Recep Tayyip Erdogan. AFP PHOTO/ADEM ALTAN

Apertura hacia Irán y los árabes, crisis con Israel, relaciones frustrantes con la Unión Europea (UE): la nueva orientación de la diplomacia turca, que parece alejarse de sus aliados occidentales, obedece a múltiples razones.


«Hay muchas razones, históricas, ideológicas y económicas», explica Seyfi Tashan, de la Universidad de Bilkent (Ankara).

«Tras la caí­da de la Unión Soviética, los paí­ses vecinos del Cáucaso, de Asia Central, de los Balcanes, se abrieron a Turquí­a, que los convirtió en socios comerciales», pese a que el comercio con la UE sigue representando aún el 60% de los intercambios de Turquí­a.

Además, «en los últimos años hubo un acercamiento con los paí­ses árabes, en parte debido a razones ideológicas y también para aprovechar las oportunidades de la región», prosigue.

A ello se añade la «fatiga» que sienten los turcos ante la lentitud de las negociaciones de adhesión a la Unión Europea, que se iniciaron en 2005.

«Turquí­a no ha abandonado (la esperanza de adherir a la UE), pero desarrolla un nuevo papel regional, para sí­ misma», explica.

Miembro de la OTAN, aliada de Israel con el que firmó un acuerdo militar en 1996, Turquí­a «decidió que es más importante para ella ponerse del lado de los árabes», afirma por su lado, por teléfono desde Israel, Alon Liel, presidente del Consejo de Asuntos Israel-Turquí­a.

Las relaciones bilaterales, ya degradadas desde hace más de un año, llegaron a su nivel más bajo después del 31 de mayo, cuando comandos israelí­es atacaron una flotilla de ayuda humanitaria a Gaza, matando a nueve turcos, uno de elos con doble nacionalidad estadounidense.

El presidente turco Abdulá Gul, que aseguró que esas relaciones «jamás volverí­an a ser las mismas», llamó a su embajador en Tel Aviv.

El primer ministro Recep Tayyip Erdogan, cuyo partido islamico moderado está en el poder desde 2002, calificó el asalto de «sangrienta matanza» y defendió al Hamas, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza.

«Turquí­a, y no Israel, decidió que se produjera este deterioro» en las relaciones, «por razones ideológicas y religiosas», asegura Liel.

Para explicar la evolución diplomática turca, el editorialista alude a cambios en las «necesidades vitales de seguridad».

En los años 1990, Israel y Turquí­a tení­an como objetivo común «contener a Siria y a Irán». En el lado turco se era consciente, en efecto, de que estos paí­ses apoyaban a los rebeldes kurdos de Turquí­a.

Hoy, sin embargo, tanto Damasco como Teherán ayudan a Turquí­a a luchar contra esos rebeldes, indica el editorialista en el diario Hí¼rriyet Daily News.

Antes, el gobierno turco viví­a casi en estado de beligerancia con Siria o Grecia. Ahora, desarrolla una polí­tica de «cero problema» con sus vecinos, especialmente los árabes. La alianza con Israel ha perdido así­ su pertinencia, destaca un diplomático europeo en Ankara.

Además, al proseguir una diplomacia de paz en las fronteras, Erdogan priva al ejército turco -con el que está en conflicto larvado- de ocupar el lugar central que tuvo en los últimos años, incluso en el ámbito polí­tico.