Operativo contra las FARC favorece a Santos


El presidente colombiano, ílvaro Uribe, se refiera a la amenaza de las FARC para la seguridad de Colombia. AFP PHOTO/Guillermo Legaria

El rescate de cuatro policí­as y militares que por casi doce años fueron rehenes de las FARC, una semana antes de la elección presidencial en Colombia, fortalece al candidato oficialista Juan Manuel Santos, quien como ministro de Defensa dio en 2008 los más duros golpes a esa guerrilla.


El presidenciable colombiano Juan Manuel Santos (D) y su segundo, Angelino Garzon, hablan durante una conferencia de prensa. AFP PHOTO/Raul ARBOLEDA

Santos promete continuar las polí­ticas del presidente saliente ílvaro Uribe y ha hecho énfasis a lo largo de su campaña en la necesidad de mantener la «seguridad democrática» de combate frontal a las guerrillas, mostrándose como el «hombre duro» capaz de llevarla adelante.

En esa lí­nea, Santos, del Partido Social de la Unidad nacional (La U, derecha), anunció que de ganar la presidencia mantendrá la polí­tica de rescate de secuestrados y rechazó cualquier posibilidad de canje de rehenes por guerrilleros presos, como plantean las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

«Los electores se definieron en la primera vuelta (del 30 de mayo) y le apostaron nuevamente a la agenda de la seguridad democrática del presidente Uribe. Obviamente, este rescate fortalece esa candidatura», opinó León Valencia, de la organización Nuevo Arcoí­ris, que estudia el conflicto armado.

«En un momento de la campaña electoral se pensó que la agenda iba a cambiar un poco hacia los temas de corrupción. Pero fue una ilusión, la gente pensó que la seguridad es lo principal», añadió Valencia.

Para Alejo Vargas, politólogo de la Universidad Nacional, este rescate «fortalecerá aún más la candidatura de Santos», de quien las encuestas preveí­an que en el balotaje podrí­a duplicar la votación de su rival, el independiente Antanas Mockus (Partido Verde), «pero que ahora tendrá una diferencia aún mayor».

Santos fue ministro de Defensa de Uribe entre 2006 y 2009, cuando renunció a ese cargo para poder postular a las elecciones de este año.

En 2008 dirigió la «Operación Jaque», con la cual fueron rescatados la ex candidata a la presidencia Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once policí­as y militares.

Ese mismo año, las fuerzas de seguridad bombardearon un campamento de las izquierdistas FARC en Ecuador, en una operación en la que murieron 25 personas, entre ellas el número dos de la guerrilla, Raúl Reyes.

Santos también dio en 2008 la primicia de la muerte por causas naturales de Manuel Marulanda Tirofijo, legendario fundador de las FARC, demostrando con ello la penetración de los servicios de inteligencia en la guerrilla, que dí­as después confirmó esa noticia.

En ese contexto, el rescate de los cuatro uniformados que más tiempo llevaban en cautiverio aparece como muy oportuno de cara a la segunda vuelta presidencial, que este domingo disputarán entre Santos y Mockus.

«Se trata de una operación que se habí­a preparado desde hace tiempo y que se tení­a reservada para estos dí­as. Puede disminuir la abstención, despertando el entusiasmo de los electores, y se reflejará en la votación por Santos», consideró el analista Rubén Sánchez, de la Universidad del Rosario.

Valencia, en tanto, refirió que operativos como la «Operación Camaleón», como se ha llamado al rescate de los cuatro uniformados, «son largamente preparados, y no se puede descartar que haya sido pensado para coincidir con el evento electoral».

«Uribe y su coalición de gobierno han sido muy hábiles para golpear a la guerrilla y para usar esos golpes polí­ticamente», dijo.

Sin embargo, Sánchez descartó que el operativo incida en una disminución de la votación de Mockus, quien en la primera vuelta consiguió 21,5% (3,1 millones de votos), frente a 46,6% (6,7 millones) de Santos.

«Los votos de Mockus ya son suyos, y se trata de una protesta muy abierta y consciente frente a la candidatura de Santos. No deberí­an bajar», señaló.

BETANCOURT Vibró con rescate


La ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt se congratuló por el rescate de tres policí­as y un militar tras doce años de secuestro en manos de las FARC y dijo que al enterarse de la noticia «vibró» y «saltó» de la emoción, en diálogo con una radio local.

«Estoy muy emocionada, la verdad quiero decirles que hemos estado festejando sin parar desde anteayer (domingo) cuando recibimos la noticia, hemos vibrado, hemos gritado, hemos saltado, hemos estado conectándonos por todos los medios para seguir paso a paso la llegada de mis compañeros», dijo Betancourt.

En diálogo con la privada emisora Caracol, la polí­tica agradeció desde Parí­s al ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, y a los comandantes de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, y del Ejército, Oscar González, por «hacer que los colombianos nos sintamos orgullosos de este Ejército», dijo.

El domingo, un comando del Ejército colombiano rescató del selvático departamento (provincia) de Guaviare a tres policí­as: el general Luis Mendieta y los coroneles Enrique Murillo y William Donato, así­ como al sargento del Ejército Arbey Delgado, quienes se encontraron el lunes con sus familiares.

Los rescatados, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retuvieron durante casi 12 años, se encontraron anoche con el presidente Alvaro Uribe, que invitó al grupo rebelde a liberar a los secuestrados y reiteró que continuará intentando el rescate de rehenes.

Tras permanecer seis años secuestrada, Betancourt fue rescatada el 2 de julio de 2008 junto con tres contratistas estadounidenses y once policí­as y militares colombianos, en un cinematográfico operativo del Ejército colombiano, denominado «Operación Jaque». La polí­tica termina un libro sobre su cautiverio.