Nuestra cruda realidad


El dí­a que el volcán de Pacaya arrojó arena en la ciudad fue muy triste para los que vivimos en este bello paí­s. Los medios de comunicación empezaron a trasmitir la erupción de este volcán que siempre se ha mantenido activo y no esperábamos que luego se presentara la tormenta Agatha que nos vino a mostrar la cruda realidad de pobreza que vivimos en Guatemala.

Hugo Madrigal
madrigalyusuf@yahoo.com

Durante varios dí­as nos acercábamos a las imágenes de la TV donde se mostraba a miles de guatemaltecos que se quedaban sin vivienda, dado que Agatha atacó el paí­s casi en su totalidad Arrasó con puentes, viviendas y todo lo que representa la infraestructura.

Luego de tan fuerte tormenta de la naturaleza, miles de guatemaltecos se quedaron sin viviendas y sin poder contar con alimentos, daba tristeza que pasaban los dí­as y muchas de las poblaciones afectadas no contaban con ninguna ayuda. Pueblos incomunicados, personas fallecidas ante tan grandes derrumbes e inundaciones. La desesperación era latente, gracias a Dios fue llegando la ayuda internacional y ante todo los buenos guatemaltecos que siempre están prestos a brindar ayuda como en el caso de esta catástrofe. En estas situaciones se ve como el hombre colabora en ayudas que significan tanto para las personas, tal como lo hemos presenciado.

Nuestro paí­s es muy pobre, se tiene que esperar que pasen cosas como éstas para que nos pongamos a pensar en que lí­mite está la vida de los guatemaltecos. Han sido miles los daños ocasionados, que nos muestra la verdadera realidad de un paí­s, donde la pobreza es latente y esto viene de hace muchos años. Como es posible que en pleno siglo XXI los que gobiernan no se han preocupado por Guatemala, se han hecho los sordos y sólo buscan atraer votos valiéndose de la pobreza como polí­tica para llegar a ocupar un «trono» y con ello volverse millonarios, porque estando en el poder se los olvida como viven los guatemaltecos, máxime en los pueblos donde las aldeas continúan en el olvido.

Este desastre nos viene a mostrar el egoí­smo de las autoridades que por muchos años han gobernado este paí­s y sólo se han preocupado por maquillarlo y con ello decir que cada dí­a estamos mejor, lo cual hoy queda demostrado que es una farsa. Y no nos estamos refiriendo sólo al gobierno de don ílvaro, éste y los anteriores gobernantes nunca se han preocupado por la verdadera realidad de Guatemala. Ver como una falla de la naturaleza nos deja desnudos ante la verdadera realidad de nuestro pueblo, es para que nos pongamos a trabajar por una Guatemala que de verdad sea digna de que los que vivimos en ella podamos vivir tranquilos y que la pobreza de verdad vaya desapareciendo y no con regalitos que sólo sirven para ganar votos como lo hacen los candidatos que buscan la silla presidencial.

Es doloroso y triste ver como hoy nuestra patria ha sufrido los embates de algo tan inesperado como ha sido este fenómeno de la naturaleza. Primero la erupción del volcán de Pacaya y luego las inundaciones provocadas como ya decí­amos por la tormenta Agatha.

Si miramos los hoyos en las zonas 2 y 6 de la ciudad capital y el peligro que representa actualmente varias avenidas y calles de estos sectores nos damos cuenta de cómo sólo se preocupan por el momento y no por los años que se vienen, tal como ha ocurrido aquí­, en su momento se hizo estos trabajos pero nunca les dieron mantenimiento, a sabiendas que casi todo ese sector es puro relleno, ya que anteriormente eran barrancos. Y para colmo, como no esperábamos esta catástrofe se empiezan a realizar pasos a desnivel que hoy nos muestran el maquillaje de una ciudad, que sólo eso es.

Para todos los que amamos la vida, esta situación que vivimos los guatemaltecos y que aún no nos recuperamos, es para que se haga conciencia en las autoridades que es necesario trabajar por amor a un paí­s y no sólo por politiquerí­as que hoy nos demuestran la triste realidad de nuestra patria.