La potencia fí­sica y la velocidad de Nigeria pondrán bajo prueba de fuego este sábado a la Argentina que orienta Diego Maradona y que luce como un diamante al delantero Lionel Messi, al abrirse la disputa del Grupo B del Mundial de Sudáfrica-2010.

Nigerianos y argentinos saltarán a la cancha del legendario estadio Ellis Park de Johannesburgo (8:00 en Guatemala), la catedral del rugby de los Springboks, para animar un choque de estilos Africa-Sudamérica que se ha convertido en un clásico internacional.

«Carlitos (Tevez) no puede estar afuera de este equipo. Tévez es el í­dolo del pueblo, por encima de (Leo) Messi y de mí­», anticipó Maradona al confirmar un equipo lanzado a la ofensiva junto con el supergoleador del FC Barcelona y con Gonzalo Higuaí­n.

En el otro bando, el DT Lars Lagerback, el sueco cuyo equipo dejó afuera a Argentina del Mundial de Japón y Corea del Sur-2002 (al empatarle 1-1), dijo que «si damos el 100% podemos ganar a cualquier equipo».

Pero las Súper Aguilas verdes guardan malos recuerdos de sus encuentros con los albicelestes en mundiales, al ser derrotados en Estados Unidos-1994 (2-1), con dos goles de Claudio Caniggia, el segundo por pase de Maradona, y en Japón y Corea del Sur-2002 por 1-0 con cabezazo de Gabriel «El Batigol» Batistuta.

Una sola vez le amargaron la vida a Argentina, ¡y de qué manera!, con lujos y baile, en la final olí­mpica de Atlanta-1996, cuando los comandados por Nwankwo Kanu ganaron el oro al imponerse sobre la hora 3-2.

Pero Argentina se cobró la cuenta en la final del Mundial Sub-20 Holanda-2005, al batirlos en la final por 2-1, con dos goles de penal de Messi, perfilado entonces para crack y ahora candidato a ocupar el trono del fútbol que dejaron vacantes en su momento Pelé, Cruyff y Maradona.

Como una pesadilla, Nigeria volvió a sufrir a los gauchos en la final olí­mpica de Pekí­n-2008, por 1-0 con un hermoso gol de emboquillada (globo) del exquisito volante Angel Di Marí­a, a quien volverán a enfrentar en este lance.

De Nigeria se sabe que tendrá en la ofensiva la amenaza de gol de Obafeni Martins y Peter Odemwingie, con la proyección del volante Lukman Haruna, con un esquema 4-4-2, luego de haber perdido por lesión a su pilar, el mediocampista John Obi Mikel.

«Hay 150 millones de personas en Nigeria que van a ver el partido», dijo Martins, estrella del conjunto.

Maradona sostuvo en rueda de prensa el viernes que los argentinos saben «cómo juegan los nigerianos y ellos saben cómo jugamos nosotros. Es un equipo duro, áspero, pero estamos preparados».

El DT mantuvo el misterio de la formación, pero se sabe que se plantará con un 3-4-3, con tres puntas de lanza temibles como Messi, Tevez e Higuaí­n, con Juan Verón como organizador, Javier Mascherano en la recuperación y tres defensores, apuntalados por Jonás «Galgo» Gutiérrez.

La llave parecerí­a pan comido para una potencia histórica como Argentina, dos veces campeona mundial (Argentina-1978 y México-1986) y dos veces subcampeona (Uruguay-1930 e Italia-1990), pero viene de tantos disgustos por su pésimo juego que a nadie sorprenderí­a una eliminación temprana.

El enigma es si podrá lograr Maradona y compañí­a que Messi juegue al menos uno 50% de lo que rinde con la escuadra catalana, con sus seis tí­tulos al hilo, su liderazgo en los goleadores de la liga y el honor de ser el mejor jugador de la FIFA 2009.

«Vengo por el hambre de gloria que tengo, ese que hace mucho tiempo no sentí­a», reconoció Messi.

Al respecto, Mario Kempes, aquel supergoleador de los años 70 y campeón en Argentina-1978, comentó el viernes que Messi «debe tener la ayuda permanente para que no todo dependa de su inspiración individual».

Al menos por un dí­a, si no hay incidentes, los argentinos dejarán de hablar del culebrón de sus «barrabravas» (hinchas violentos) que van y vienen en los aviones perseguidos por la policí­a.

Antes del encuentro se medirán los otros componentes del Grupo B, Grecia frente a Corea del Sur.