CONSTITUYENTE LIMITí“ DEMOCRATIZACIí“N INTERNA DE


En la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) llegaron muchos diputados debido a la democratización que impusieron las nuevas leyes polí­ticas.

Ví­ctor Hugo Godoy

En la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) llegaron muchos diputados debido a la democratización que impusieron las nuevas leyes polí­ticas.

Por primera vez, desde 1954, las cúpulas partidarias tuvieron que realizar asambleas departamentales y respetar a los candidatos que éstas designaron. Por supuesto que ello fomentó que «los dirigentes nacionales» se postularan por lista nacional. También hubo un diputado que llegó representando a un Comité Cí­vico Departamental de Quetzaltenango, el diputado Mauricio Quixtán.

Aun con estas caracterí­sticas, el Constituyente no supo mantener este grado de democratización interna de los partidos, ni la apertura hacia los comités cí­vicos departamentales en la postulación de diputados.

Esto se debió, por un lado, a que el trabajo fundamental de la Constituyente era la promulgación de la Constitución Polí­tica y por tanto, las otras dos leyes, electoral y de amparo, no tuvieron las misma discusión ni cobertura; y por otro, que diputados exponentes de los intereses de las cúpulas partidarias dirigieron el trabajo de la comisión respectiva. No quiere decir que hubo un retroceso, ya que la base de la nueva Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos fueron las tres leyes emitidas por el gobierno militar.

Sin embargo, comparado con esas leyes, la democratización interna de los partidos se vio disminuida. En la reforma legal del gobierno militar la función de los partidos como parte sustancial al régimen democrático estaba explí­citamente enunciada, el ideario y principios eran de lo más importante, de manera que los adherentes o afilados eran quienes comulgaban o tuvieran afinidad con ellos. Desde esa óptica, permitir que los afiliados en los municipios y los departamentos eligieran democráticamente a sus dirigentes y candidatos era natural y necesario para reconstituir la base social del hacer polí­tico.

Los viejos polí­ticos no le veí­an así­. «No se puede permitir que se cuele perico de los palotes en una filial y después resulte candidato a alcalde o a diputado o a Secretario general del partido» «La democracia debe ser dirigida», decí­an.

Pero quizás, lo más novedoso que contení­a la reforma legal de los militares, era que el Comité Ejecutivo Nacional, órgano máximo de dirección del partido, estarí­a constituido proporcionalmente al número de votos que obtuviera cada planilla en la Asamblea Nacional.

Esto pretendí­a, que las distintas tendencias partidarias tuvieran participación en las decisiones, evitando desmembraciones y disidencias, que en el pasado habí­an corroí­do la actividad polí­tica y a las propias organizaciones. Eliminar esto, fue uno de los mayores desaciertos que cometimos, pues posteriormente ello devino en cruentas luchas internas, desmembraciones y disidencias partidarias que han configurado un espectro polí­tico atomizado y confuso que está lejos de ser un referente ciudadano.

Más recientemente, en los Acuerdos de Paz se acordaron algunas reformas que poco a poco se han ido implementando y que tienen que ver con la ubicación de mesas de votación en el área rural y el documento único de identidad. Ambas, actualmente están en proceso. Falta lo que se refiere a reducir el número de diputados, que a mi parecer es necesaria, pero no la mejor fórmula la que quedó allí­ contemplada.

Pero quizás, lo más novedoso que contení­a la reforma legal de los militares, era que el Comité Ejecutivo Nacional, órgano máximo de dirección del partido, estarí­a constituido proporcionalmente al número de votos que obtuviera cada planilla en la Asamblea Nacional.