Estados Unidos llega al Mundial con ritmo latino


El equipo de Estados Unidos posa ante las cámaras previo al amistoso contra Australia; los norteamericanos ganaron 3 a 1. FOTO LA HORA: AFP TIMOTHY A. CLARY

La selección de fútbol de Estados Unidos ha progresado en los últimos años de la mano de jugadores de orí­genes extranjeros, principalmente latinoamericanos, de los cuales habrá cinco representantes en el equipo del Mundial de Sudáfrica.


Carlos Bocanegra, Jonathan Rey Bornstein, Hercúlez Gómez y José Francisco Torres comparten sus raí­ces mexicanas y Benny Felihaber nació en Brasil, antes de trasladarse con su familia a Estados Unidos siendo niño.

La lista pudo haber sido mayor, pero Alejandro Bedoya, nacido en Miami y con padres colombianos, entró en la preselección, pero sin conseguir entrar en la lista de 23 hombres.

De los cinco «latinos» del soccer, Bocanegra, capitán de la formación, es quien tiene una trayectoria más larga y brillante.

Hijo de una estadounidense (Kelly) y un mexicano (Manuel), se crió en el interior de California, en Rancho Cucamonga, donde empezó a jugar al fútbol con la comunidad latina, antes de destacar con el equipo de la Universidad de California y pasar al Chicago Fire.

De ahí­, a Europa, primero al Fulham inglés y luego a su equipo actual, el Rennes francés, donde ha firmado una gran temporada.

El resto de la representación mexicana de su vecino del norte cuenta con José Francisco Torres como gran promesa.

El joven centrocampista del Pachuca del paí­s azteca, también de padre mexicano y madre estadounidense, llegó a dudar entre jugar con uno u otro paí­s, pero el 2 de octubre de 2008 anunció su decisión de elegir el paí­s donde nació y creció, y su debut llegó diez dí­as más tarde, en un partido ante Cuba.

Para Bornstein, de una familia judí­a y también origen mexicano, la decisión fue más sencilla y desde enero de 2007 es internacional estadounidense.

«Alguna vez sentí­ que tener esas dos culturas me dejaba sin saber a qué pertenecí­a, pero ahora creo que es algo que me hace más fuerte», ha explicado el volante del Chivas californiano.

Al igual que Torres, Hercúlez Gómez, de ascendencia mexicana y criado en Las Vegas, ha vuelto a sus orí­genes y juega actualmente al otro lado de la frontera, en el Puebla mexicano, después de empezar a destacar hace casi una década en el Cruz Azul.

Pero la lista de 23 hombres de Bob Bradley también incluye el ritmo de samba y la magia brasileña.

El volante Benny Feilhaber tiene una historia singular. Nació en Rio de Janeiro, de madre brasileña y padre austrí­aco-brasileño, después de que su abuelo paterno emigrara en 1938 desde el paí­s europeo, huyendo del nazismo.

El jugador vivió en Brasil hasta los seis años, cuando su familia se instaló en las afueras de Nueva York.

Tras destacar con la selección olí­mpica, su debut con el equipo absoluto en diciembre de 2009 sirvió de preludio a su llegada al Mundial, donde intentará pasar de promesa a realidad.

La pasión del fútbol entre la comunidad latina de Estados Unidos marca el dí­a a dí­a del fútbol del paí­s, tanto en la escuela nacional de formación de Bradenton (Florida) como en el resto del territorio.

Una de las estrellas del equipo, Clint Dempsey, explicó que en su infancia en Texas viví­a en una caravana y que comenzó a dar patadas al balón junto a otros niños vecinos, en gran parte hijos de inmigrantes mexicanos.

El quinteto latino forma parte de un equipo multicultural, donde los hijos y nietos de extranjeros constituyen la columna vertebral, con jugadores con orí­genes en varios puntos del planeta, como Haití­, Trinidad y Tobago, Italia, Jamaica o Alemania.