Hasta el gobierno de Washington empieza a tomarse en serio la amenaza planetaria del calentamiento global, que no procede del exterior y de la que vienen advirtiendo líderes mundiales de todos los signos.
Políticos de 20 países discuten hoy en el Congreso estadounidense el problema, que, desde Al Gore hasta íngela Merkel, José Luis Rodríguez Zapatero, Jacques Chirac o Carlos de Inglaterra, ha merecido expresiones como que es «el reto más importante de la Humanidad» o requiere una «revolución ecológica».
El cambio climático -un calentamiento de la temperatura media que afectará a nuestras vidas, a las costas, a la fauna y la flora, y también a la economía- centrará la agenda política de los próximos años, según se desprende de las declaraciones de presidentes, primeros ministros y dirigentes de organizaciones internacionales.
Las elecciones presidenciales en Francia, esta primavera, y las de EE.UU., en 2008, los Premios Nobel y hasta la próxima entrega de los Oscar girarán en buena medida en torno al cambio climático.
El aldabonazo sobre la opinión pública internacional lo han dado Al Gore y unas siglas desconocidas hasta ahora: IPCC.
El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) presentó el 2 de febrero en París un informe sobre el calentamiento «irreversible» que experimenta la Tierra debido a las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de combustibles fósiles (derivados del petróleo y el carbón).
Si el hombre no hace nada por detenerlo, el planeta se calentará hasta 6.4 grados centígrados y el Polo Norte se derretirá completamente en el verano de 2100, según los expertos del IPCC.
Pero las advertencias no acaban aquí, pues en abril y mayo el IPCC publicará dos nuevos informes, así como una síntesis dirigida a los políticos que se hará pública en Valencia (España) el 16 de noviembre.
Meses atrás, el ex vicepresidente de EE.UU., embarcado en una cruzada contra el calentamiento planetario, ha logrado que su película, «Una verdad incómoda», entre en los cines, las escuelas y las salas de proyección de numerosos centros de poder, y el próximo 25 de febrero competirá por el Oscar al mejor documental.
Gore, de 58 años, aspira al Premio Nobel de la Paz, que se concede en octubre, y al Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, que se falla en junio. Y es que el «hombre del año» ha conseguido su objetivo mediático y los políticos rivalizan hoy por una foto a su lado.
Promotor de una Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONUE), el presidente francés, Jacques Chirac, acuñó el término de «revolución ecológica» en un discurso pronunciado el pasado día 2.
«Frente a la urgencia, ya ha pasado la hora de las medias tintas: ha llegado la hora de la revolución en el verdadero sentido del término. La revolución de las conciencias. La revolución de la economía. La revolución de la acción política», dijo Chirac.
También en Francia, los candidatos presidenciales, entre ellos el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolí¨ne Royal, firmaron hace diez días un Pacto Ecológico que les vincula en caso de llegar al Elíseo.
La propuesta les compromete a crear un puesto de viceprimer ministro de Medio Ambiente, a instaurar un impuesto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y a reformar las subvenciones agrícolas para fomentar los cultivos de calidad.