Errar es de humanos


Pretender que exista ser humano infalible es una soberbia en la que no debemos incurrir, todos cometemos errores, omisiones y también acciones equivocadas o improcedentes. Esto se le aplica, sin excepción, a las personas privadas y a los funcionarios.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En Guatemala, donde se prohí­be la reelección de presidentes, a diferencia de muchos otros paí­ses como Estados Unidos, Colombia, Chile, Brasil, etc., realizar los programas de gobierno que se han propuesto se convierte casi en imposible de lograr en su totalidad.

 

Distinto es el caso de los alcaldes, quienes si lo analizamos han sido muchos de ellos reelectos, los partidos que los han postulado han logrado continuidad. Por ello, es menos justificable o explicable que no exista un buen servicio de agua potable, de mantenimiento de la infraestructura de calles y avenidas, de drenajes y alumbrado público.

 

Adicionalmente es de señalar que la mayorí­a de estos servicios públicos no son gratuitos, el agua se paga según el consumo y el exceso se paga a mayor precio, por los drenajes hay un cobro especí­fico y el alumbrado público, como lo hemos señalado, sirve para cobros excesivos y abusos.

 

Un buen funcionario debe tener claras las prioridades del gasto y sin duda alguna es muy agradable ver jardinizada la ciudad, coordinado y dirigido el tránsito, donde cada dí­a más hay más policí­as muy bien uniformados, muy bien equipados, incluyendo folclóricos casquitos que todaví­a no logro asimilar por cuanto me parece que no encajan en la idiosincrasia y en la naturaleza de nuestras etnias, tan distintas a los ingleses que fueron quienes concibieron el diseño del casco al que me refiero. Además esas no son las principales prioridades.

 

Continuar ignorando la creciente demanda de agua potable es una bomba atómica de tiempo y ninguna excusa será válida cuando nos encontremos ante la necesidad de racionar el agua potable como ya aconteció en Venezuela.

 

Otro aspecto que indudablemente está reventando es la insuficiencia del sistema de drenajes. Las zonas 10, 14 y otras áreas, no se planificó su infraestructura de drenajes, agua, etc., para el elevado número de edificios que se están construyendo con la autorización municipal respectiva.

 

No es lo mismo el servir a una población de un millón que de dos, mucho menos que de tres millones. Tampoco podemos pretender que porque los drenajes no se miran no requieren mantenimiento permanente, la verdad es que si preguntamos cuántos ingenieros, cuántos albañiles, cuánto personal se dedica a la reparación y mantenimiento del sistema de drenajes, de aguas negras y de aguas pluviales, seguramente la respuesta será que ni la décima parte de los simpáticos policí­as, hombres y mujeres, que con gorgorito en mano, lucitas al pecho, chalecos verdes y folclóricos gorritos, pitan, mueven los brazos y establecen multas y cepos a quien consideran conveniente.

 

Ante el grave acontecimiento de la succión que por segunda vez se ha producido en la ciudad, esta vez en mi antiguo barrio, Ciudad Nueva, zona 2, considero que la alcaldí­a municipal no debe continuar omitiendo que hay un grave problema, hacerlo le traerá al Alcalde, al Concejo municipal y a los funcionarios correspondientes, graves responsabilidades civiles y penales, aspecto que debe evitarse.

La omisión no es solo responsabilidad de la actual corporación municipal, la es del alcalde Fritz Garcí­a-Gallont y su corporación, del alcalde í“scar Berger y su corporación y hasta posiblemente de la primera vez que ílvaro Arzú y su corporación dirigieron y gobernaron el municipio de Guatemala.