No voy a escribir nada que sea novedoso. Voy a referirme a la desigualdad del sistema tributario de América Latina y el Caribe, que incluye a Guatemala -por supuesto-, que sigue siendo de los más injustos, al prevalecer los impuestos indirectos que pagan por igual ricos y pobres, de acuerdo con un documento de la CEPAL.
   Guatemala es el típico caso en que el pago de tributos registra enormes desigualdades, al igual que lo que sucede en numerosos países de la región, donde menos de un tercio de la recaudación corresponde a impuestos directos, mientras que dos tercios provienen de los indirectos, como el IVA, que es pagado por igual por los opulentos y los pelados.
  Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, si hubiera más recaudación y que ésta fuera equitativa, en el sentido de que paguen más quienes ganan más, el Estado tendría mayor capacidad de implementar políticas públicas e incrementar el gasto social.
  El actual modelo neoliberal de recaudación agrava aún más la inequidad y no genera un impacto en la redistribución porque en el bolsillo del pobre ese impuesto pesa más que en el del rico, según declaraciones que la agencia de noticias IPS atribuye al economista Osvaldo Kacef, experto de una división de la CEPAL.
  Cae de su peso que esta clase de argumentos es rechazada permanentemente por la clase dominante, esgrimiendo la excusa que los gobiernos no utilizan adecuadamente los recursos que recaudan, a causa de los elevados índices de corrupción; razonamiento que relativamente es válido, porque si ciertamente los grupos políticos que dirigen los destinos del Estado se han corrompido, también se ha avanzado en la fiscalización, aunque no en la medida que se pretende, sobre todo porque los corruptos siempre encuentran la forma para evadir las verificaciones de la sociedad civil y de las mismas instituciones estatales encargadas de velar por el buen manejo del presupuesto, tal la Contraloría General de Cuentas en Guatemala.
  Al respecto, el destacado economista guatemalteco, Gert Rosenthal, actual representante permanente de Guatemala ante la Organización de las Naciones Unidas, quien participó en la clausura del 33 período de sesiones de la CEPAL, consideró que es importante que los gobiernos practiquen la transparencia y rendición de cuentas, «si es que deciden imponer más carga tributaria».
  De acuerdo con quien fue secretario Ejecutivo de la CEPAL entre 1988 y 1997, la transparencia en el gasto público y la efectiva rendición de cuentas sobre la forma cómo el Estado invierte los impuestos, constituye una manera muy práctica de poner sobre la mesa los ingredientes que se requieren para encarar una reforma tributaria que permita reducir las desigualdades, «sin caer en una discusión filosófica de la relación entre Estado y mercado».
  El embajador Rosenthal debería recomendar esas prácticas al presidente Colom. Quizá lo escuche.
   (El cínico acaudalado empresario Romualdo Tishudo Votram cita a John Kenneth Galbraith «La Economía es una ciencia utilísima: proporciona empleos a los economistas»).