En octubre de 2006 Honduras aún lamentaba el fracaso en la clasificación al Mundial de Alemania, pero la ilusión se reavivó enseguida por el paso casual de Diego Maradona por San Pedro Sula en el que se evocó el sueño de tener al ex astro argentino al mando de la bicolor.
El sueño duró poco porque la realidad iba a depararle al «Pibe de Oro» plasmar años después su propia quimera: dirigir el seleccionado de Argentina y comandarlo en el próximo Mundial de Sudáfrica-2010.
Fue el propio Maradona, dedicado en aquel entonces a hacer presentaciones de fútbol reducido «Showbol», que alentó las ilusiones catrachas de tenerlo en sus filas al declarar apenas llegado a San Pedro Sula que le gustaría dirigir el seleccionado hondureño.
Tras la exhibición de Showbol, en que los futbolistas argentinos golearon 9-3 a un combinado de jugadores locales, Maradona insistió en una rueda de prensa que había recibido consultas informales para manejar el plantel bicolor.
«Ya hubo un sondeo en el hotel, nos sentaremos a hablar. Que estén pensando en que puedo dirigir la selección de Honduras me parece fantástico, así que nos sentaremos a hablar», dijo textualmente el «Diez».
Poco después, en El Salvador, Diego diría a la prensa que en Honduras sólo tuvo contactos informales.
Mientras, la Federación Nacional de Fútbol de Honduras tenía una extensa lista de candidatos al cargo: los hondureños Ramón Maradiaga y Edwin Pavón, el costarricense Alexandre Guimaraes, el estadounidense Bruce Arena, el argentino Ricardo La Volpe, el brasileño René Simoes y el italiano Francesco Moriero.
En 2007, la idea de Maradona estaba bajo tierra, luego de que Honduras firmó con el colombiano Reinaldo Rueda por un salario de unos 30.000 dólares mensuales.
Sin embargo, Maradona había dicho en octubre de 2006 que «también me ilusiono con poder ser el entrenador del Boca Juniors (el club de sus amores) y de la selección argentina».
El sueño de volver a enfundarse la albiceleste, esta vez como técnico, sí se le hizo realidad al ex astro argentino.
La «era Maradona» se inició en la selección de Argentina en noviembre de 2008, en un amistoso en que batió a Escocia 1 a 0, en Glasgow, con gol del Maxi Rodríguez.
Luego de muchos altibajos, el bicampeón mundial –1978 y 1986– logró clasificarse a Sudáfrica-2010 y ahora está encuadrado en el grupo B, junto a Corea del Sur, Nigeria y Grecia.