La noche en que murió David Carradine, el actor debía haber asistido a una cena con el director de Stretch, la película de la productora francesa MS2 que se encontraba rodando en Tailandia. Sin embargo, la reunión nunca se produjo y Carradine, en cambio, apareció muerto, colgado y desnudo al día siguiente en el cuarto de su hotel.
Esa cita no realizada es la premisa de la viuda del actor, Annie Bierman, para haber demandado a la productora del filme con los cargos de presunta negligencia ante un tribunal de Los íngeles. En el documento presentado se alega que el asistente nombrado por la productora encargado de la agenda y el transporte del actor no cumplió con su deber esa noche.
Y es que, según Bierman, la compañía prometió proveer a Carradine de las mejores atenciones posibles y una persona que le ayudase a recorrer Bangkok. Fue precisamente este asistente quien abandonó al actor la noche de su muerte, tras llamarlo por teléfono y ver que no lo cogía. Según la demanda, Carradine devolvió la llamada a su asistente, pero éste le dijo que ya era tarde y que «hiciera sus propios planes para esa noche».