Polémica en Argentina por viaje de «barrabravas» a Sudáfrica


Las barrabravas son conocidas en todo el mundo por su apasionamiento y por los problemas que generan cuando quedan descontentos con los resultados de los partidos. FOTO LA HORA: ARCHIVO

El viaje de unos 300 «barrabravas» (hinchas violentos) argentinos a Sudáfrica para presenciar el Mundial de 2010 desató polémica y denuncias por la supuesta connivencia del poder polí­tico y de la dirigencia del fútbol.


«La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el poder polí­tico son partí­cipes necesarios. Sin su aval no hay forma de que los violentos estén en Sudáfrica», dijo a la AFP Mónica Nizzardo, presidenta de la organización no gubernamental Salvemos al fútbol.

El gobierno negó haber facilitado el viaje de los barrabravas y el jefe de Gabinete, Aní­bal Fernández, reveló que se envió a las autoridades sudafricanas los datos de unos 800 hinchas violentos.

«El gobierno no tiene ningún interés en que esta gente viaje al Mundial», dijo Fernández, aunque advirtió que «cualquier ciudadano libre puede ir, no podemos impedir que viaje».

Nizzardo coincidió en que el traslado de los hinchas «no lo favorece en nada al gobierno», pero sostuvo que «ellos dicen que no los financian, pero tampoco los combaten».

«Hay una asociación cuasi mafiosa entre el gobierno, la AFA, (el DT diego) Maradona y las barras», sostuvo el diputado Carlos Comi, de la opositora Coalición Cí­vica y miembro de la Comisión de Deportes de la Cámara Baja, quien presentó una denuncia por el viaje de barrabravas a Sudáfrica.

En el mismo vuelo en que la selección argentina viajó hacia Sudáfrica también lo hizo un grupo de 25 hinchas, según periodistas que compartieron el avión.

En el grupo se encontraba Ariel Pugliese, alias «El Gusano», un ex lí­der de la barrabrava de Nueva Chicago, equipo del fútbol de ascenso, investigado en 2007 por el homicidio de un hincha del rival Tigre, y que fuera puesto por la AFA como guardaespaldas de Lionel Messi en uno de sus pasos por Buenos Aires.

La justicia autorizó este jueves el viaje a Andrés Bracamonte, lí­der de la barrabrava de Rosario Central, investigado en dos causas por violencia en espectáculos deportivos, una de ellas por tentativa de homicidio.

«Los «barras» se manejan con total impunidad, los dirigentes no son parte de la solución sino del problema», dijo al canal C5N Marcelo Parrilli, abogado de las ví­ctimas.

El letrado sostuvo que «los barras van a desaparecer cuando desaparezcan los dirigentes polí­ticos que los utilizan», en tanto consideró que desde el punto de vista del deporte el presidente de la AFA, Julio «Grondona es uno de los grandes responsables».

Según el abogado, «la barra que se mueve en torno a la selección es un aparato armado».

Nizzardo aseguró que su ONG presentó la primera denuncia en la justicia en 2009, cuando «unos 400 hinchas violentos habrí­an ingresado a la cancha con entradas de protocolo de la AFA al partido Argentina-Venezuela (4-0) por las eliminatorias del Mundial».

De acuerdo a la denuncia, los barras estaban vinculados con Maradona y el manager de la selección, Carlos Bilardo.

Maradona desmintió las acusaciones el martes en Pretoria, cuando el escándalo habí­a estallado en Buenos Aires.

«No tuve ninguna relación con ningún personaje. Y si ese personaje dice que yo lo traje acá. Y si quiere fama, que vaya a laburar (trabajar). Acá no entra nadie ni va a entrar (a la concentración argentina)», respondió el DT.

Grondona también se desligó. «Desconozco por qué estaban en el mismo avión. Polémicas no contesto», dijo al partir hacia Sudáfrica el miércoles.

En los próximos dí­as arribarán otros dos centenares miembros de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), conformada con «barras» de distintos clubes y dirigida por el activista barrial Marcelo Mallo, alineado con el gobierno.

«Â¿Qué va a pasar cuando lleguen los otros barras? Puede pasar lo que pasa todos los fines de semana en Buenos Aires», advirtió en Pretoria el inspector Pablo Fernández Toucido, jefe de seguridad de la selección.

Argentina tiene un largo historial de hechos violentos en torno al fútbol con la muerte de 249 personas desde 1924, seis de ellas en lo que va de 2010, según la ONG Salvemos al Fútbol.