El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, anunció oficialmente este miércoles su dimisión tras alcanzar impresionantes niveles de impopularidad en menos de nueve meses al frente del país, debido en parte a su desastrosa gestión del traslado de una base estadounidense.
Hatoyama es el cuarto jefe de Gobierno japonés que interrumpe su mandato en menos de cuatro años.
En una reunión de los principales responsables de su formación, el Partido Demócrata de Japón (PDJ), Hatoyama, de 63 años, declaró asimismo que solicitó la dimisión del secretario general del partido, el todopoderoso Ichiro Ozawa, inquietado varias veces por la justicia por financiación oculta.
«Dimito yo y he pedido asimismo a Ozawa que dimita», declaró.
«La labor del Gobierno no ha sido comprendida por el público. Hemos perdido su escucha», reconoció.
Citó dos motivos para su renuncia: la gestión desastrosa del traslado de la base estadounidense de Futenma, en la isla de Okinawa (sur), y los escándalos de financiación oculta que también salpicaron a su entorno.
El partido tiene previsto elegir al sucesor de Hatoyama el viernes. El actual viceprimer ministro y titular de Finanzas, Naoto Kan, de 63 años, parece ser el candidato mejor situado.
El mismo miércoles, Kan se reunió con Hatoyama y según los medios de comunicación le comunicó su intención de presentarse a la sucesión.
El nuevo PDJ se reunirá para elegir nuevo presidente, que será sometido luego a votación en ambas cámaras parlamentarias el mismo viernes. El lunes, se espera que el nuevo primer ministro presente su política y su nuevo gabinete el lunes, según el PDJ.
Hatoyama deja un país que, gracias al dinamismo chino y a las medidas adoptadas por el anterior gobierno conservador, ha logrado salir de la recesión de 2008 y 2009 pero que carece de proyecto económico y se encuentra debilitado por la deflación, según estimaron los analistas.
La Bolsa de Tokio cedió un 1,12% el miércoles, tras el anunció de la dimisión del primer ministro.
La presión aumentaba desde hace días en torno a Hatoyama, cuya popularidad, que al principio de su mandato se situaba en torno al 70%, estaba por debajo del 20% de opiniones favorables.
Varios responsables del PDJ reclamaban su dimisión para preservar las posibilidades de los candidatos de la mayoría en las elecciones senatoriales del 11 de julio.
Heredero de una rica dinastía político-industrial comparada a menudo a los Kennedy, Hatoyama ganó triunfalmente las elecciones legislativas en agosto pasado, que pusieron fin a más de medio siglo de dominio conservador, y era primer ministro desde el 16 de septiembre.
El mayor reproche que le hacen los japoneses es haber roto su promesa electoral de retirar la base de Futenma de Okinawa.
Esta renuncia hizo saltar la coalición gubernamental tripartita de centro-izquierda formada por el PDJ y dos formaciones pequeñas. El Partido Social-Demócrata (PSD), opuesto al mantenimiento de la base aérea de Futenma, abandonó el Gobierno el viernes y se pasó a la oposición.
«La cooperación entre Japón y Estados Unidos es indispensable para la paz y seguridad en Asia del este y me he visto obligado a pedir a los habitantes de Okinawa, sintiéndolo mucho, que soporten este peso», dijo.
Aludiendo a las transferencias ilícitas de dinero en política, Hatoyama destacó la necesidad de «reconstruir un PDJ más limpio, volver al PDJ en el que pueda confiar el pueblo», y añadió que «Ozawa también lo entendió».
Dos ex colaboradores de Hatoyama fueron procesados por financiación oculta a últimos de 2009, pero la justicia estimó que él no estaba al corriente de las malversaciones.
Ozawa, de 67 años, considerado la eminencia gris del PDJ, también ha sido requerido por la justicia varias veces sin llegar a ser procesado.
Además de Kan, figuran entre los posibles sucesores de Hatoyama el ministro de Relaciones Exteriores, Katsuya Okada, de 56 años, y el ministro de Transporte, Deiji Maehara, de 48 años.