Científicos del Centro Helmholtz de Múnich, en Alemania, han conseguido convertir unas células del cerebro denominadas células gliales, en dos clases diferentes de neuronas. El logro fue posible gracias a la reprogramación celular, que permitió que las células gliales realizaran sinapsis, de la misma manera que lo hacen las células nerviosas. Este avance podría ayudar en un futuro al desarrollo de tratamientos para curar ciertos trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer.
Tal como explica a Tendencias21 el neurólogo Francisco Rubia, el gran logro del equipo del Centro Helmholtz de Múnich radica fundamentalmente en haber logrado que las sinapsis (uniones entre neuronas) de las células modificadas sean funcionales, esto es, sean capaces de transmitir el impulso nervioso. La identificación de los genes y proteínas responsables del impulso nervioso permitirá que, en poco tiempo, se pueda «crear» tejido neuronal sano a partir de células madre que podrá sustituir al tejido dañado, permitiendo restaurar las conexiones neuronales hasta ese momento inutilizadas.
Este logro, según los autores de esta investigación, podría propiciar importantes avances en el tratamiento de ciertas patologías neurodegenerativas, como el Alzheimer o los derrames cerebrales, publica la agencia de noticias Cordis.
Y añade Francisco Rubia: obtener neuronas a partir de otras células significa abrir una puerta a la esperanza de todos los familiares de enfermos de Alzheimer, demencia senil, daños cerebrales de cualquier tipo, etc, que ven a sus seres queridos encerrados en un cuerpo sano que se deteriora poco a poco porque su cerebro no «funciona» correctamente.
Células gliales
La células gliales (o glía) son células del sistema nervioso que se encargan principalmente de funcionar como soporte para las neuronas. Además, intervienen de forma activa en el procesamiento cerebral de la información.
Estas células vienen a ser el «pegamento» del sistema nervioso, porque envuelven a las neuronas. Además, las glías proporcionan a las neuronas los nutrientes y el oxígeno que necesitan, separan a unas neuronas de otras, las protegen de patógenos o las eliminan cuando las neuronas mueren.
El presente estudio, dirigido por Magdalena Gí¶tz y Benedikt Berninger, del Centro Helmholtz de Múnich, en Alemania, se centró en un tipo concreto de células gliales: las astroglía, también conocidas como astrocitos.
Las astroglía son uno de los tipos más comunes de células gliales, y reciben su nombre de su forma de estrella, ya que presentan varias prolongaciones que conforman un entramado de soporte para las neuronas.
Durante el desarrollo embrionario del cerebro, estas células gliales pueden dar lugar a neuronas o, simplemente, entrar a formar parte del entramado en el que las neuronas nuevas se asientan.
Reprogramación celular
Lo que los científicos del Centro Helmholtz de Múnich han conseguido es inducir la transformación de los astrocitos en dos tipos de neuronas corticales: neuronas excitadoras y neuronas inhibidoras.
Lo lograron mediante la expresión selectiva de factores de transcripción específicos, proteínas que se unen a secuencias concretas de ADN (ácido desoxirribonucleico) y controlan la transferencia de información genética.
En palabras de los investigadores, publicadas por Cordis, lo que se consiguió fue reprogramar las autoglía o neuronas nuevas, para que éstas desarrollasen sinapsis funcionales. Las sinapsis son las uniones interneuronales, los contactos entre las neuronas, a través de los que se transmiten los impulsos nerviosos.
Así, las autoglía o astrocitos fueron capaces, según el factor de transcripción utilizado, de emitir sustancias neurotransmisoras bien excitadoras o bien inhibidoras, tal y como lo haría cualquier neurona. Los neurotransmisores son biomoléculas que las neuronas generan y que se vierten de una neurona a otra, provocando en ésta última una acción determinada.
Según explican los investigadores en un artículo aparecido en la revista PlosBiology, este logro abre nuevas vías hacia el uso potencial de los astrocitos para la reparación de la corteza cerebral, de daños neuronales causados por enfermedades neurodegenerativas.
Neuronas a partir de otras células
Anteriormente, ya se había anunciado en diversas ocasiones la creación de neuronas o células nerviosas a partir de otras células.
Por ejemplo, el pasado mes de enero, la revista Nature publicó un artículo en el que investigadores de la Universidad de Stanford explicaban cómo habían conseguido convertir fibroblastos (células de la piel) de ratón en neuronas, mediante la identificación de determinados genes que hicieron factible esta transformación. Las células resultantes establecieron conexiones entre ellas, una característica esencial para que el tejido nervioso cumpla sus funciones.
Por otra parte, en 2004, científicos del Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, lograron crear, a partir de células madre embrionarias, neuronas humanas capaces de segregar dopamina.
Tal y como informó entonces la revista PNAS, de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos, este trabajo demostró por vez primera, in vitro, que la evolución de células madre extraídas de embriones humanos se puede dirigir selectivamente para conseguir neuronas.
La importancia de todos estos estudios radica en que estos métodos podrían llegar a ser una alternativa para la consecución de células nerviosas destinadas a tratar diversas enfermedades.
Según Francisco Rubia, los enormes avances en medicina en los últimos 25 años, junto con el auge de la investigación a nivel celular, nos han permitido controlar e incluso «acorralar» gran número de enfermedades, como algunos tipos de tumores, enfermedades de tipo congénito, etc, pero hasta ahora cualquier tipo de daño o degeneración neuronal continuaba siendo un obstáculo insalvable.
Y concluye: No pasa una semana sin que aparezcan publicaciones o anuncios de nuevos descubrimientos en el campo de la Biología Molecular, y aunque muchas veces no entendemos muy bien su significado, nos estamos «acostumbrando» a verlos y quizás no prestamos la atención que se merecen, como en este caso.