Brasil, con una defensa sólida y con una línea de ataque que sigue siendo temible, es la selección de América con más posibilidades de imponerse en el próximo Mundial de Sudáfrica, pero Argentina puede crear sorpresas si Leo Messi consigue al fin brillar con su selección.
La «Seleí§ao» que entrena Dunga se parece mucho a la que lideró como capitán en 1994 en Estados Unidos y que ganó el Mundial: un grupo disciplinado, con fuerza física, poco espectacular pero con atacantes temibles como Luis Fabiano, autor de nueve goles en la fase de clasificación, Robinho o Nilmar.
Incluso sin la presencia de Ronaldinho, Adriano y Ronaldo, los veteranos que se quedaron fuera de la lista final de 23, al equipo le sobra talento y cuenta con uno de los mejores guardametas del mundo, Julio Cesar.
La única gran duda es el estado de Kaká y Luis Fabiano, que terminaron con problemas físicos al final de la temporada de clubes. Si se recuperan a tiempo, los brasileños serán más que nunca candidatos a un sexto título mundial.
En 2010, y contrariamente a lo que suele pasar, Argentina no está entre las selecciones favoritas tras un recorrido muy complicado en la fase de clasificación, con problemas defensivos y falta de imaginación en ataque, algo sorprendente teniendo en cuenta su plantel espectacular, con Messi, Sergio «Kun» Agí¼ero, Gonzalo Higuaín y Diego Milito, entre otros.
Sin embargo la victoria en el amistoso contra Alemania (1-0) el pasado mes de marzo tranquilizó al equipo en defensa y puso de relieve que no hay que descartar todavía a la «albiceleste», dos veces campeona del mundo.
Habrá que encontrar, eso sí, una buena alquimia en ataque, una de las carencias más criticadas del seleccionador Diego Maradona, incapaz para muchos de dar identidad al juego del equipo y, sobre todo, de colocar a Messi en el lugar correcto para que el Balón de Oro 2009 brille igual que en el Barcelona.
Entre las selecciones que podrían dar sorpresas en Sudáfrica están Chile, Uruguay, México y Estados Unidos.
Los chilenos terminaron brillantemente segundos de la fase de clasificación sudamericana, con un «fútbol total» y algunos jóvenes jugadores que fueron terceros en el Mundial Sub-20 de 2007 en Canadá.
A la «roja» chilena, sin embargo le falta fuerza física y algunos ajustes en defensa (1,2 goles encajados de media en la fase de clasificación para el Mundial).
Uruguay sí sufrió para clasificarse y tuvo que jugar la repesca contra Costa Rica, aunque la «Celeste» pareció más segura de sí misma en un amistoso contra Suiza (3-1).
Con atacantes de primera fila como Diego Forlán o Luis Suárez y un buen guardameta (Fernando Muslera), Uruguay tiene recursos para dar pelea en Sudáfrica, a condición de que consiga regularidad.
México presume de tener la «mejor generación de jóvenes» de toda la historia, según su técnico Javier Aguirre. Y es cierto que a los campeones del Mundial Sub-17 de 2005 les sobra talento pero les falta experiencia, y no están siendo convincentes en los partidos de preparación.
Por su parte, Estados Unidos intentará volver a sorprender como hiciera en la final de la última Copa de Confederaciones, donde llegaron a tener una ventaja de sobre Brasil de 2-0 antes de caer por 3-2 en la final.
Los estadounidenses, que llegaron a cuartos en el Mundial de 2002, tienen un equipo sólido y con experiencia, pero sin grandes jugadores ni un líder de primera línea.
Paraguay y Honduras también sueñan con hacer algo grande en el Mundial, sobre todo los guaraníes, que afrontan su cuarto Mundial consecutivo con la esperanza de superar su mejor participación, los octavos de final de 1986, 1998 y 2002.
La «albirroja», tras haber estado en las primeras posiciones de la zona sudamericana, llega a Sudáfrica con la ausencia de uno de sus mejores elementos, el delantero Salvador Cabañas, que salvó milagrosamente la vida tras recibir un balazo en México y se está recuperando.
Honduras también llegará a la cita mundialista sin su segundo mejor atacante en las eliminatorias, Carlos Costly, por lo que el delantero Carlos Pavón (57 goles en 96 partidos) deberá asumir una mayor responsabilidad y llevar al país a mejorar su única participación en 1982 (eliminación en la primera vuelta).
La selección brasileña de fútbol realizó su primera práctica formal con balón en el campo de un colegio de Johannesburgo, en una sesión en que el astro Kaká se ejercitó con normalidad junto al resto del plantel, que ensayó sobre todo la presión en el marcaje.
Bajo un fuerte sol, la «Seleí§ao», que había llegado a Sudáfrica ayer, entrenó intensamente en el colegio Hoerskool Randburg, en Randburgo (norte de Johannesburgo), ante un ejército de periodistas, básicamente brasileños, y la mirada atenta de empleados, profesores y estudiantes del centro.
En un césped de verde intenso, recientemente colocado sobre una cancha de rugby readaptada, el técnico Dunga dispuso un trabajo agitado para el plantel «canarinho», con ejercicios físicos y trabajo con el balón en los que participó sin contratiempos ni reservas el volante ofensivo del Real Madrid, Kaká.
El cotizado futbolista realizó todos los ejercicios físicos e incluso estuvo muy activo en los movimientos con balón, en los que las exigencias eran muchas, pues se realizaron en espacios reducidos de la cancha con cuatro grupos separados y además con toques rápidos bajo marca a presión de hasta dos hombres.
También exhibieron esforzada dedicación los atacantes Luis Fabiano y Robinho, así como el lateral Daniel Alves, entre otros.
«Vamos, larguen el balón rápido», gritaba a pocos metros de Dunga el asistente técnico Jorginho durante el animado movimiento, que tuvo lugar tras una serie de ejercicios aeróbicos.
Los futbolistas, que mostraron buen ánimo y disposición, fueron divididos en dos y cuatro equipos en diferentes secciones del campo para trabajar en la posesión y recuperación del balón, además de movilización sin él.
Cuando uno llevaba el esférico era presionado por varios compañeros obligando a otros a moverse para abrir posibilidad de pase.
Los porteros estuvieron también con actividad a destajo, bajo el mando del preparador Wender Ramalho y el ex arquero Claudio Taffarel, que obligaban al titular Julio César y los reservas Doni y Gomes a dar continuas piruetas para probar su agilidad en diversas situaciones.
Al final de la práctica, Dunga formó dos equipos que se enfrentaron sin arcos, haciendo rotar el balón ante marcajes agresivos.
Muchos estudiantes y empleados del colegio, algunos con camisetas de Brasil o del combinado sudafricano, seguían con atención y aplaudían el despliegue de Robinho y Kaká, prácticamente los dos únicos jugadores conocidos para la mayoría.
Tras la práctica, Brasil volvió al hotel The Fairway, donde tiene su concentración, para realizar relajamiento muscular en la piscina y en la tarde tenía previsto realizar un ejercicio liviano en el campo del Complejo de Golf de Randburgo.
Brasil integra el Grupo G con Corea del Norte, Costa de Marfil y Portugal y debuta el 15 de junio ante los asiáticos.
La «Seleí§ao» jugará la primera semana de junio dos amistosos fuera de Sudáfrica, ante Tanzania y Zimbabue.
El jueves, Dunga había dicho en rueda de prensa que la prioridad en esos juegos será «recuperar la parte de juego colectivo de la selección, pues hace tiempo que no jugamos».
El seleccionador de fútbol de Argentina, Diego Maradona, arengó ayer a sus jugadores en el último entrenamiento y a pocas horas del viaje a Pretoria, sede de la concentración albiceleste para el Mundial de Sudáfrica-2010.
En un ensayo liviano, Maradona dio una charla ante los 23 integrantes del equipo en la que buscó motivarlos, además de pasearse por el campo de juego con su nieto Benjamín, hijo de su hija Giannina y del delantero Sergio «Kun» Agí¼ero (Atlético Madrid, España), que también integra el conjunto mundialista.
Para la última práctica en suelo argentino, en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino en Ezeiza (periferia sur), el director técnico dispuso trabajos en espacios reducidos, con la idea de no realizar una fuerte exigencia física, ya que la mayoría viene de cumplir una temporada con mucha actividad.
Luego se dio licencia a los jugadores hasta la tarde del viernes, cuando se reunirán para emprender el viaje a Sudáfrica.
En este sentido, la policía aeroportuaria anticipó que, para evitar posibles desbordes de los fanáticos que concurran a despedir al plantel argentino, se vedará el ingreso al aeropuerto internacional de Ezeiza y sólo se permitirá la entrada de pasajeros, miembros de tripulaciones y personal con identificación.
Los hinchas deberán conformarse con saludar a los jugadores desde un costado de la autopista que une el complejo de la AFA con el aeropuerto, situado a pocos kilómetros.
Maradona recibió en la jornada las visitas de Jesús Dátolo, volante del italiano Nápoli que quedó finalmente al margen del plantel mundialista, y de Carlos «Calica» Ferrer, un amigo de infancia y adolescencia del guerrillero argentino-cubano Ernesto «Che» Guevara, con quien compartió un viaje por América Latina.