El camerunés Roger Milla, astro del Mundial de 1990, sueña, como muchos hinchas al fútbol africano, con que un equipo del «continente negro» gane el torneo, pero llegar a semifinales ya es todo un reto.
– COSTA DE MARFIL
«Es un buen equipo, lleno de individualidades, como Didier Drogba o Yaya Touré», estima Milla, en declaraciones a la AFP. Para él, el juego colectivo marfileño «no funciona como debería».
«El fútbol es algo colectivo, hay que trabajar en ese ámbito», opina Milla sobre Costa de Marfil. Pero el problema es que a los «Elefantes» les falta tiempo.
Han cambiado de entrenador después de una Copa de ífrica de Naciones (CAN) de 2010 en la que defraudaron al quedar eliminados en cuartos de final, y el sueco Sven-Goran Eriksson ha sustituido al bosnio Vahid Halilhodzic en el banquillo.
Sin embargo, sólo ha tenido un mes para preparar el Mundial de Sudáfrica, lo que puede ser muy poco tiempo para afrontar el «grupo de la muerte» de la cita planetaria, la llave G, en la que están encuadrados Costa de Marfil, Brasil, Portugal y Corea del Norte.
– GHANA
Los «Black Stars», apodo de la selección ghanesa, es la que tiene más opciones de llegar lejos en el torneo sudafricano. «Tienen un buen grupo, el colectivo funciona, reforzado por algunos campeones del Mundial Sub-20», mantiene Milla.
La cuestión crucial a la que debe responder Ghana es saber si su estrella Michael Essien llegará al 100%, después de una temporada en que una lesión grave le dejó casi sin jugar.
Ghana disputará el Grupo D junto a Alemania, Australia y Serbia.
– SUDíFRICA
Los «Bafana Bafana», el sobrenombre del equipo sudafricano, podría convertirse en el primer país organizador del Mundial eliminado en la fase de grupos. «Deben encontrar su juego» para que eso no ocurra, previene Milla.
Los sudafricanos reciben el Mundial sin grandes estrellas, y los jugadores del campeonato nacional no se miden a menudo con futbolistas de máximo nivel. «Pero con su pueblo detrás, pueden pasar», afirma el goleador camerunés.
Sudáfrica está encuadrada en el Grupo A del Mundial, con Uruguay, México y Francia.
– NIGERIA
En el Mundial-2010, los nigerianos, apodados los «Super Eagles, no llevan a un astro que destaque sobre el resto, salvo John Obi Mikel, jugador del Chelsea.
Al igual que Costa de Marfil, Nigeria acaba de cambiar con entrenador, y ha confiado la dirección del equipo al sueco Lars Lagerback. Pero «atención, Nigeria está acostumbrada al Mundial, como Camerún», dice Milla.
«Tienen un equipo para plantear problemas a Argentina», dice el camerunés sobre Nigeria, que está encuadrada en el grupo de la «Albiceleste», la llave B, en la que también figuran Grecia y Corea del Sur.
– ARGELIA
«Acaba de alcanzar su mejor nivel» pero «es difícil hablar» de este equipo, porque «se conocen a pocos jugadores», apunta Milla. Pero el fútbol argelino «es tradicionalmente muy fino», sostiene el camerunés.
El principal punto fuerte de Argelia es su fortaleza mental, gracias a la que obtuvo su billete para Sudáfrica, eliminando a Egipto, que ha ganado las tres últimas Copas de ífrica.
Pero los argelinos pueden ser muy irregulares, pues han ganado a Costa de Marfil pero también han caído por 3-0 contra la débil selección de Malaui.
Argelia está encuadrada en el Grupo C junto a Inglaterra, Estados Unidos y Eslovenia.
– CAMERíšN
«No lo haremos mal», asevera Milla. «Todo depende de cómo vamos a prepararnos», subraya sobre la selección de su país.
Los «Leones Indomables» tienen experiencia en el Mundial, porque poseen el récord africano de participaciones en la cita planetaria, en la que será su sexta presencia en el torneo, y además cuentan con la estrella del Inter de Milán, Samuel Eto»o.
Pero Camerún sufre la vejez de sus principales jugadores, Rigobert Song y Geremi Njitap, principalmente, que han sido muy criticados, aunque Milla quiere que estén en el Mundial, «por su experiencia».
Camerún jugará E junto a Holanda, Dinamarca y Japón.
Los equipos que se instalen al nivel del mar para disputar el Mundial de fútbol de Sudáfrica podrían verse perjudicados cuando les toque jugar a 1.700 metros, aunque esta altitud moderada no significa que estén condenados al fracaso, explicaron varios médicos consultados.
Con la altura, el oxígeno se rarifica y diminuye simultáneamente su consumo máximo, directamente relacionado con el rendimiento de un deportista.
A 1.700 metros, altitud cercana a la de Johannesburgo, la ciudad más alta del Mundial (1.753), donde se disputará la final el 11 de junio, «el rendimiento baja de 5 al 10%», explicó el profesor Jean-Paul Richalet, médico del hospital Avicenne de Bobigny, cercano a París, y especialista de los problemas de altura.
Pero el impacto no es el mismo para todo el mundo y la adaptación a la altura es determinante.
«Si un equipo se queda todo el tiempo al nivel del mar y que el día mismo del partido sube a 1.700 metros, se verá perjudicado, comparado con el adversario que ya habrá pasado una temporada a esa altitud», aseguró Richalet.
Según el profesor francés, «se necesita un tiempo de aclimatación para que el organismo desarrolle la aceleración del corazón, de la respiración y más glóbulos rojos» para compensar la falta de oxígeno.
Varias selecciones optaron por instalarse al nivel de mar, como Francia, Japón, Dinamarca, Grecia o Costa de Marfil.
A orillas del mar, hay ventajas: el clima es más suave durante el invierno austral, la recuperación es mayor y el entrenamiento más eficaz.
«Al entrenarse en altitud, uno se adapta, pero el entrenamiento tendrá que ser más leve. Al nivel del mar, los entrenamientos podrán efectuarse a tope. Por tanto, resulta difícil encontrar el equilibrio», subrayó Andy Marc, del Instituto de Investigación Biomédica y de Epidemiología del Deporte.
Los franceses, que disputarán sus tres primeros partidos entre 0 y 1.400 metros, dudan de los efectos adversos de una altitud «moderada».
«Sabemos que los efectos de la altura se empiezan a hacer notar a partir de 1.800 metros. Por debajo, casi no hay ningún efecto», aseguró el profesor Pierre Rochcongar, médico de la Federación Francesa de Fútbol.
El médico recomendó, no obstante, un periodo de entrenamiento previo para el equipo en los Alpes franceses, del 18 al 25 de mayo, para prepararse.
«En un plazo tan corto, casi no hay beneficios potenciales» para la adaptación a la altura, criticó Gregoire Miller, profesor del Instituto de Ciencia y Deporte de la universidad suiza de Lausana, un experto contratado por el equipo de Argelia, que pasará dos semanas en los Alpes suizos.
En cualquier caso, «no hay que exagerar la importancia de la altura en el Mundial» de Sudáfrica, admitió Richalet. En la ciudad boliviana de La Paz, a más de 3.500 metros, «sería un factor determinante. Pero a 1.700 metros, la altitud es moderada», sostuvo el profesor.