La desconfianza en las autoridades, el temor por posibles represalias y la impunidad hacen que los guatemaltecos no denuncien ante las autoridades correspondientes los crímenes y delitos de los que son víctimas.
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Detrás de las cifras de violencia e inseguridad se esconden datos aún más preocupantes, de quienes por temor o desconfianza no denuncian los hechos delictivos de los que son víctimas.
De esa cuenta, existen subregistros de homicidios, robos, secuestros y extorsiones y una larga lista de violaciones a los derechos fundamentales que no salen a luz pública, de manera tal que no se sabe con exactitud cuál es la situación del país en materia de violencia e inseguridad.
Una joven, quien pidió no ser citada, dijo que después de más de dos años de ser víctima de extorsión, por fin, decidió denunciar el hecho en el Ministerio Público, pero los resultados no son los esperados.
«Ya habíamos avisado antes a la Policía pero noté que no les interesaba lo que les estaba contando», señala.
De acuerdo con Carmen Rosa de León Escribano, la falta de confianza en las autoridades y algunas muestras de discriminación en las instituciones de seguridad hacen que las personas se abstengan de señalar a los responsables de hechos criminales.
Sin embargo, la experta en seguridad sugiere que se denuncien todos los hechos que atentan contra los derechos de las personas y a la vez, se ejerza presión sobre las autoridades, para que estas cumplan con su función.
CíRCULO VICIOSO
El silencio se convierte en un círculo vicioso. Los casos de violencia no se denuncian, por lo que tampoco se investigan, al punto que la criminalidad se convierte en una cadena que nunca termina. De esto se deriva la institucionalización débil. La corrupción afecta a todos los estados, pero las instituciones sólidas minimizan los espacios de discrecionalidad y los sistemas de pesos y contrapesos aumentan el control sobre los funcionarios públicos. Según el informe del PNUD, sobre seguridad ciudadana, en América Central los estados tienden a ser débiles y los altos funcionarios en general disfrutan de márgenes muy amplios de discrecionalidad.
Por su parte, los ciudadanos carecen de confianza en las autoridades y las instituciones, por lo que además de ser víctimas de la violencia, son también víctimas de un sistema que lejos de protegerlos, los aísla.
En el caso de las mujeres víctimas de violencia la situación es la misma. Marta Aguirre, activista por los derechos de la mujer, señala que el temor y la desconfianza son los principales obstáculos que hacen callar a las víctimas.
«Lo que no saben es que quedarse calladas solo agrava el problema, pues las deja indefensas ante los agresores y hace que las autoridades se laven las manos ante su responsabilidad», puntualiza.
Son varias las instancias encargadas de recibir, clasificar, registrar, analizar y distribuir las denuncias, prevenciones policiales, querellas y demás documentos relacionados con hechos delictivos que son denunciados por los ciudadanos:
Ministerio Público Hechos de violencia y delictivos
Teléfono: 2411-9191
Policía Nacional Civil
Hechos de violencia y delictivos
Teléfono: 110
Procuraduría de Derechos Humanos
Violación a cualquier derecho fundamental.
Teléfono: 1540
Centros de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia
Violencia contra la mujer en cualquiera de sus expresiones
Teléfono: 2389-0500 4037-2074
En la calle, La Hora entrevistó a varios guatemaltecos, la mayoría víctima de delitos, quienes en su mayoría dijeron que no lo denunciarían:
«Sí me han asaltado varias veces pero solo una vez lo he denunciado; cuando uno denuncia, luego los ladrones saben quién los señaló y averiguan dónde vive uno y es porque como los policías les dan la información, por eso no volvería a denunciar».
«Gracias a Dios a mí no me han robado, pero si algún día me tocara (duda) no denunciaría, porque me da miedo que los ladrones me hagan algo malo; y mejor no, aparte que no confío en la Policía».
«Sí me han robado y sí denuncié pero se tardaron mucho tiempo en tomar mis declaraciones y se tardan otro montón de tiempo para hacer las investigaciones, entonces mejor ya no denuncié otro robo porque en realidad no hacen nada; más se tarda uno en denunciar que ellos (policía) en capturar a los ladrones».
«Sí me han asaltado y he visto a los ladrones pero no denuncio porque no confío en la seguridad, porque se fuga la información y luego saben dónde vivimos, así es como los delincuentes lo encuentran a uno y toman represalias, por eso me da miedo denunciar».
«A mis hijos varias veces los han asaltado, pero no han puesto la denuncia porque no son de confiar, no creemos en la seguridad del país y aparte porque no hacen nada, solo se queda allí la información pero no hacen nada».
«Sí me asaltaron en una ocasión, rápido fui a poner la denuncia pero no hicieron nada, me tarde más en ir a poner la denuncia que ellos en actuar, no son de fiar».
«A muchos de mis familiares sí los han asaltado, a mi cuñado lo mataron y saben quién fue y hasta el momento no lo han capturado a pesar que saben dónde vive, dónde se mantiene, y nadie lo ha detenido; pero así es la justicia en el país».
«Bueno, a mí no me han asaltado, pero creo que a las personas que sí las han asaltado no denuncian por miedo, desconfianza; no hacen nada, piden pruebas del asalto, trámites largos; en fin tantas problemáticas que sufre la seguridad del país, por eso considero que no denuncian, lastimosamente».
«Sí me han robado, y por represalias no denunciamos porque como se fuga la información desde que uno pone la denuncia, entonces luego los ladrones lo buscan a uno, no es de confiar en la Policía».