Rafael Nadal, tetracampeón en Roland Garros y Roger Federer, número uno del tenis mundial y defensor del título, comenzarán por distintos derroteros sendas andaduras en la edición 2010 del Abierto de Francia buscando enfrentarse en una final por todos esperada.
El morbo está servido. El reciente triunfo del manacorí, de casi 24 años, sobre el jugador de Basilea, de 28, en la final del torneo Masters 1000 ATP de Madrid hizo revivir el espíritu de la final parisina de 2008, ganada con suma facilidad por el primero.
Sin embargo, en 2009, con la inesperada eliminación del español en octavos de final a manos del «outsider» y postrer finalista, el sueco Robin Soderling, el suizo pudo darse el gusto de levantar el trofeo de los Tres Mosqueteros por primera vez en su carrera, y así llevarse a su vitrina personal el único de los cuatro del Grand Slam, el de la tierra batida, que aún le faltaba.
Federer ha batido todos los récords posibles y ha demostrado que es el mejor de todos los tiempos, pero, «Rafita», tras una temporada irregular plagada de lesiones, ha vuelto por sus fueros y ha dejado en claro que es el monarca sobre arcilla.
Inclusive, si el jugador helvético «pincha» en el camino y no alcanza las semifinales y el balear recupera el título, éste volverá a entronarse en el primer puesto de la clasificación ATP, que otrora ocupó durante varios meses.
Pero, se trata de un detalle menor ante la posibilidad de verlos frente a frente en el court central Philippe Chatrier el domingo 6 de junio.
«Solamente en final (de acuerdo al cuadro) puedo enfrentarme a Roger, por lo tanto, la probabilidad no es algo enorme. Además, cuando juegas un torneo del Grand Slam lo haces generalmente contra los grandes jugadores de la historia», advierte Nadal.
El sorteo no fue magnánimo con él. Si bien abre el fuego ante un joven francés de nombre y apellido por completo italianos, Gianni Mina, 653º mundial, llegado gracias a una «wild-card» de la organización, su recorrido puede ser complicado, puesto que en octavos de final podría cruzarse con el croata Ivan Ljubicic, un hueso duro de roer.
Pero, el baile se le podría complicar aún más en cuartos en los que, entre otros, podría vérselas con su compatriota Fernando Verdasco o el chileno Fernando González, semifinalista el año pasado. En una también hipotética semifinal algunos de sus potenciales rivales son el alicantino David Ferrer u, otro más difícil aún, el serbio Novak Djokovic.
En cambio, los hados fueron más generosos con el tenista de Basilea. Si bien tras debutar con el austriaco Peter Luczak tiene posibilidades de encontrarse a jugadores que lo han derrotado en duelos recientes, como el letón Ernests Gulbis (Roma) y el español Albert Montañés (Estoril), luego se las vería en octavos con el el francés Gaí«l Monfils, al que el ganó dos años consecutivos en Roland Garros, y en cuartos a Soderling, su víctima en la final de 2009.
Ya en semifinales, Federer podría tener delante al escocés Andy Murray, que no pasa por su mejor momento o, en su defecto, al catalán Tommy Robredo o al checo Tomas Berdych o al francés Jo-Wilfried Tsonga.
«Por el momento estoy distendido, lo que es una buena señal. Siento menos la presión porque me demostré a mí mismo y a los demás de lo que soy capaz», destaca un satisfecho Federer.
Pero, tampoco se trata de hacer hipótesis con las estadísticas en la mano. En Roland Garros, como en todos los grandes torneos, el público siempre quiere dejarse seducir por la novedad, por un «outsider» que desafíe a la jerarquía acechando desde un oculto puesto en el tablero.
El domingo, para «ir haciendo boca», se juegan algunos partidos de la ronda inicial. Dos franceses fungen de anfitriones en el court central Philippe Chatrier, Laurent Recouderc ante el inesperado «finalista» Soderling, y Tsonga (N.5) frente al alemán Daniel Brands.
Además, el brasileño Ricardo Mello juega con el croata Marin Cilic (N.10), y el serbio Janko Tipsarevic ante el colombiano Alejandro Falla.
El español Rafael Nadal, segundo cabeza de serie, tendrá un debut teóricamente tranquilo en el torneo de Roland Garros, que comienza el domingo en París, ante el joven francés Gianni Mina, mientras que el suizo Roger Federer (N.1) se verá con el australiano Peter Luczak.
En el sorteo de ayer, el mallorquín vio cómo en su lado del cuadro quedaban situados rivales teóricamente más duros, como el serbio Novak Djokovic o el español David Ferrer, con los que podría verse en semifinales, o su compatriota Fernando Verdasco, con el que se cruzaría en cuartos.
Federer, defensor del título, tiene en principio un panorama más despejado, aunque en cuartos podría medirse al adversario que ganó en la final de 2009 del segundo Grand Slam del año, el sueco Robin Soderling.