El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció el lunes que en julio irá a la cumbre del G-8 en Alemania para decirles a los países ricos que no pueden seguir «contaminando el planeta» bajo la excusa de que ayudan a evitar la deforestación de los demás países.
El tema ambiental «será uno de los asuntos que vamos a conversar en el G-8; ya fui invitado a Alemania en julio», adelantó Lula en su emisión radial semanal «Café con el presidente».
«Los países pobres no pueden aceptar la tesis de los países ricos, de que ellos se limitan a crear un fondo para ayudar a los países que no deforestan; o sea que nosotros no deforestamos y ellos siguen contaminando el planeta», declaró el mandatario.
La Convención de la ONU sobre cambios climáticos discutió en noviembre pasado en Nairobi medidas para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar los cambios climáticos, y creó un Fondo de Adaptación en ese sentido. Pero Brasil no se contenta con esas iniciativas.
«Lo que nosotros queremos, además de preservar nuestras selvas (…), es explotar la selva de la manera más civilizada posible (…) y también hacer un fuerte reclamo para que los países ricos disminuyan la emisión de gas carbónico», prosiguió Lula.
«Brasil tiene autoridad moral y política para exigir que los países ricos, en vez de producir protocolos que después no firman, cumplan con la obligación de descontaminar el planeta. Nosotros haremos nuestra parte. Pero es preciso que ellos hagan la suya», subrayó.
La cuestión ambiental también formará parte de las discusiones que Lula sostendrá con el presidente estadounidense George W. Bush el 9 de marzo en Sao Paulo.
Estados Unidos y Brasil, líderes mundiales de la fabricación de etanol, buscan cooperar en el desarrollo de ese combustible alternativo a la gasolina de los automóviles.
En Brasil, el etanol, fabricado con caña de azúcar, se mezcla sistemáticamente en una proporción de 20% a 25% con la gasolina, en tanto que un 80% de los automóviles que se venden en el país son de tipo flex-fuel, que admiten indiferentemente uno u otro carburante, en cualquier proporción.
Brasil también está impulsando el desarrollo del biodiésel (a base de plantas oleaginosas).
«Le estamos mostrando nuevamente al mundo que es posible tener un combustible renovable, menos contaminante, mucho más barato, mucho más rentable y mucho más generador de empleos, porque (el biodiésel) sale de la agricultura familiar», insistió el mandatario.