Señor Jesucristo, ahora entiendo el significado sobre la vida y la muerte que es un designio tuyo, nacemos para vivir y vivimos para morir. Cuando la muerte llega aun ser querido por obra y Voluntad tuya, es grande y maravilloso, se siente la paz de tu Nombre, de tu Palabra mas aún cuando sabemos que el ser viviente al que has llamado a tu seno celestial ha andado en tus camino, ha buscado en ti la salvación de su alma, porque Tu eres y serás siempre el salvador del mundo.
Aún en nosotros que vivimos este vacío de aquella pérdida y el recuerdo vivo nos haga llorar, porque el alma por naturaleza es sensible y recuerda los momentos de felicidad o tristeza, los avatares de la vida vividos junto a los seres que amamos y que nos han amado, nuestro señor Jesucristo en la- Santa Biblia dice que morir en el o con su perdón, es nacer a una nueva vida, esta vez espiritual, donde solo existe el amor, donde el alma en el poder de Dios se recrea.
Ahora me pregunto y me enorgullezco de tu bondad, de tu don de perdón para todos aquellos que hacen el mal y se arrepienten, porque Tú quieres la salvación del pecador, porque cuando se ha botado la podredumbre del pecado que es la condenación del hombre o mujer que ha tomado caminos equivocados andando alejados de la voluntad de Dios, hay que asirse como refugio a la Palabra del Señor, su evangelio, y éste purificara, restaurara y nos hará ver nuevos horizontes de amor.
Muchos incrédulos no creen en el poder del Espíritu Santo, pero piensan mal, porque el Espirita Santo es el Espíritu de Dios, es el Espíritu del Padre Eterno que se mueve dentro del ser humano que siente, que compadece, que comprende, que alivia, el dolor ajeno que da abrigo y pan al necesitado y siempre lleva la luz de la esperanza en él para proyectarla en el nombre poderoso de nuestro señor Jesucristo hijo del altísimo. Señor de Señores.
Los tiempos pasan y es hora de buscar los caminos santificados del amor de Jesucristo, porque en la vida hoy somos y mañana para muchos ya no existe, pero si sus obras su bondad, su comprensión y su amor atesoraron, serán recordados porque sembraron para vivir en el recuerdo y ser glorificados ante la presencia de Dios.
La condición social o económica no importa, todos somos hijos del Padre y el bien lo puede hacer tanto el pobre como el rico para ello no hay limite. Dios da libertad de obrar conforme a la voluntad y sentimiento de cada ser humano, pues la fuente de vida esta en amar al prójimo como a nosotros mismos.
Dejemos pues, odios y rencores y dediquémonos a construir nuestra morada en el santuario, en el amor de Dios tratando de respetar sus Leyes divinas, liberación espiritual.
Este artículo fue inspirado por el sensible fallecimiento de CELESTE NOEMI REYES, una mujer integra en toda la extensión de la palabra, que sembró para ser recordada siempre por quienes le conocimos y recibimos de ella esa luz de amor, que engrandece los corazones, sensibilizándolos en el amor de Dios.
Fue llamada al seno celestial el 7 de abril 2010. DESCANSE EN PAZ.