En el filo de la navaja


Responsabilidad. Los negociadores de Estados Unidos y Japón han depositado en el representante de Corea del Norte, Kim Kye-Gwan, la responsabilidad del éxito de la discusión.

Las conversaciones sobre la crisis nuclear norcoreana se encontraban bloqueadas hoy en Pekí­n después de que el principal negociador norteamericano, Christopher Hill, afirmara que no estaba dispuesto a continuar negociando y Corea del Norte se negara a ceder.


Mientras las conversaciones entraban en el quinto dí­a, Christopher Hill y los emisarios de Japón y Corea del Sur afirmaron que el éxito o el fracaso dependí­a de la respuesta del negociador norcoreano Kim Kye-Gwan.

Un funcionario surcoreano dijo después de nuevas discusiones el lunes por la mañana que parecí­a que Corea del Norte no habí­a retrocedido suficientemente con respecto a sus anteriores exigencias en las negociaciones de seis paí­ses en Pekí­n (Corea del Sur, Corea del Norte, China, Japón, Estados Unidos y Rusia).

«No ha estado en el margen… que podemos aceptar», afirmó este responsable, que solicitó el anonimato.

Hill habí­a afirmado poco antes que serí­a el último dí­a de conversaciones, pero otro funcionario surcoreano dijo más tarde que las conversaciones podrí­an extenderse hasta el martes.

Estas discusiones comenzaron el jueves pasado en un ambiente de optimismo, mientras China, el paí­s anfitrión, presentaba una propuesta para que Corea del Norte diera los pasos iniciales hacia un desarme a cambio de incentivos económicos.

«Creo que hemos puesto todo sobre la mesa. Hemos ofrecido soluciones para varias cuestiones», declaró Hill a los periodistas mientras él y los emisarios de los otros cinco paí­ses se disponí­an a reunirse nuevamente en una casa de huéspedes del Estado.

«Ellos (los norcoreanos) sólo tienen que tomar una decisión. No creo que haya necesidad de continuar negociando», agregó.

El borrador de acuerdo propuesto por China incluye medidas que Corea del Norte, uno de los paí­ses más pobres y aislados del mundo, podrí­a adoptar para comenzar su desarme a cambio de ayuda energética y otros incentivos económicos.

Si bien los emisarios no han dado precisiones sobre dicho borrador de acuerdo, la prensa ha señalado que el mismo comprometerí­a a Corea del Norte a cerrar su reactor nuclear de cinco megavatios de Yongbyon y otras instalaciones atómicas en un plazo de dos meses.

Pero el régimen estalinista norcoreano, aparentemente alentado por su primer test nuclear, realizado en octubre de 2006, ha exigido dos millones de toneladas de fuel como parte del paquete de incentivos, según la prensa japonesa.

Esa cantidad serí­a cuatro veces superior al fuel ofrecido en un acuerdo de desarme de 1994, ahora caduco. También hay especulaciones de que Corea del Norte ha exigido miles de megavatios de electricidad.

El jefe de los negociadores nipones, Kenichiro Sasae, dijo a los periodistas el domingo que el principal problema eran «las excesivas expectativas» de Corea del Norte en materia de ayuda energética.

Hill sugirió que las conversaciones de los seis paí­ses –que comenzaron en 2003 con la intención de poner fin a la ambición norcoreana de tener armas nucleares– podrí­an llegar a ser inútiles muy pronto si no se llegaba a un acuerdo en esta ronda.