UE y América Latina estrechan sus lazos con la firma de tres TLC


Los presidentes de Centroamérica y sus contrapartes europeos, durante la firma del Acuerdo. AFP PHOTO / DOMINIQUE FAGET

La UE suscribió hoy en Madrid tres tratados de libre comercio con Perú, Colombia y por primera vez con una región, América Central, poniendo el broche final a años de tortuosas negociaciones, cuestionadas abiertamente por los gobiernos izquierdistas del subcontinente.


Perú y Colombia, grandes defensores del liberalismo en América Latina, llegaron hasta el final de unas tratativas de las que se descolgaron Bolivia y Ecuador, denunciando su aspecto puramente comercial.

«El horizonte de creación de mercado y creación de empleos beneficia a ambos participantes en el acuerdo», dijo el presidente peruano, Alan Garcí­a, tras el acto de firma.

«Yo creo en el comercio, no en el libre comercio», sostuvo el dirigente ecuatoriano, Rafael Correa. El boliviano Evo Morales descartó volver a negociar, mientras la oferta europea se asemeje a los acuerdos firmados con los otros dos paí­ses andinos.

El TLC con Colombia ha suscitado además fuertes crí­ticas en el Parlamento Europeo, que debe ratificarlo para su entrada en vigor, al denunciar al gobierno por la situación de los derechos humanos en el paí­s.

Chile y México eran hasta ahora los únicos paí­ses latinoamericanos que tení­an un TLC con la UE, a los que el miércoles se sumó además Centroamérica.

Europeos y centroamericanos llegaron a tiempo a cerrar sus maratonianas negociaciones en la noche del lunes al martes, al no darse por vencidos tras los fracasos de sus dos últimas rondas en Bruselas y Guatemala en menos de un mes.

El TLC, que forma parte de un Acuerdo de Asociación que incluye diálogo polí­tico y cooperación, permitirá aumentar las exportaciones centroamericanas a Europa en torno a 2.600 millones de euros al año (3.200 millones de dólares), declaró el jefe del gobierno español y presidente de turno de los 27, José Luis Rodrí­guez Zapatero.

Zapatero se felicitó por el acuerdo «histórico», al ser el primero que el bloque firma con una región.

Las tratativas – que incluyen a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá -, se iniciaron en 2008 y sufrieron un parón de ocho meses a raí­z del golpe de Estado en Honduras en junio del año pasado.

Presente en la ceremonia de firma, el presidente hondureño, Porfirio Lobo, electo en comicios organizados por el gobierno golpista, rechazó polemizar sobre el veto que algunos paí­ses, encabezados por Brasil, Ecuador y Venezuela, le impusieron en la cumbre eurolatinoamericana celebrada la ví­spera en Madrid.

«Si me invitan a algún lugar, no voy a tratar mal al anfitrión», señaló Lobo en alusión a la presidencia española de la UE, organizadora de la cumbre.

Lobo se reunió después con Zapatero, quien expresó que para su gobierno «cuenta mucho» la opinión, «en su mayorí­a positiva», del resto de paí­ses centroamericanos a la hora de decidir apoyar a Tegucigalpa en su proceso de reintegración en la escena internacional.

La polémica sobre la presencia de Lobo en Madrid fue una de las muchas que salpicaron la cita eurolatinoamericana, acompañada desde el domingo de otras seis cumbres birregionales entre la UE y México, Chile, Cariforum, Mercosur, Comunidad Andina y Centroamérica.

Europa y el Mercosur anunciaron la reanudación de sus negociaciones para un TLC, suspendidas desde 2004, pese a las reticencias de diez paí­ses europeos que temen por los subsidios agrí­colas europeos.

La presidenta argentina, Cristina Kirchner, dejó claro que esas ayudas, que tachó de «proteccionistas», harán «muy difí­ciles» las tratativas si no se corrigen.

La firma de un TLC con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) serí­a «de lejos» el acuerdo más importante de la UE en América Latina, con unos beneficios potenciales de 5.000 millones de euros anuales para cada parte, según Bruselas.

En plena crisis económica, Europa y América Latina defendieron que estos acuerdos reflejan su apuesta por la apertura comercial y su condena al proteccionismo.

Al margen del comercio, la cumbre de 60 paí­ses levantó controversia por las reuniones que Kirchner y Morales mantuvieron con el juez español Baltasar Garzón, suspendido de sus funciones, para mostrarle su apoyo.

Morales además apuntó que el conservador Partido Popular español financió un supuesto golpe de Estado contra él, levantando las protestas de la formación y parte de la prensa española.

Por su parte, Correa y el presidente colombiano, Alvaro Uribe, polemizaron el martes por la decisión de la justicia de Ecuador de investigar el bombardeo de Colombia contra un campamento de las FARC en 2008 en su paí­s vecino, del cual se acusa al ex ministro y actual candidato presidencial colombiano Juan Manuel Santos.

Uribe faltó inesperadamente el miércoles a la cumbre de los paí­ses andinos.