Berlín recibe la mayor exposición consagrada nunca en Europa a Frida Kahlo, que permite descubrir facetas poco conocidas de la gran artista mexicana, a través de sus dibujos teñidos de humor y de erotismo.
«Por el número de obras presentadas, ofrecemos la mayor exposición consagrada a Frida Kahlo hasta hoy en Europa», asegura Helga Prignitz-Poda, comisaria de la exposición «Frida Kahlo – Retropectiva», en el Martin-Gorpis Bau hasta el 9 de agosto.
Además de las 60 pinturas, incluidas la totalidad de las dos mayores colecciones mexicanas de la artista -la colección Olmedo y la colección Gelman-, «somos la primera exposición en mostrar 90 dibujos», añadió la responsable del museo.
«Frida Kahlo no trataba sus dibujos como sus pinturas. Al contrario, a menudo eran regalos muy personales, que ofrecía a sus amigos y seres queridos», explica Prignitz-Poda.
«Por supuesto, las pinturas son las obras más resplandecientes, con mayor efecto, pero los dibujos vienen a enriquecer la obra, muestran otros aspectos, y eso es capital», añade.
Frida Kahlo (1907-1954) es conocida por haber utilizado sus sufrimientos físicos y morales como principal fuente de inspiración.
Contrajo la poliomielitis cuando tenía 10 años y sufrió múltiples fracturas, entre otras de la columna vertebral, en un accidente de autobús a los 20 años.
Con su obras, tanto autoretratos como composiciones que evocan el surrealismo o las naturalezas muertas, Frida Kahlo se escapaba de su cuerpo.
En sus pinturas, abordaba también su relación tan pasional como conflictiva con el otro gran pintor mexicano de aquella época, Diego Rivera, con el que se casó dos veces.
Pero sus dibujos están mucho menos condicionados por esta relación a veces morbosa con su historia. «Son bastante más surrealistas que los lienzos, mucho más impregnados de emociones y algunos de ellos eróticos», detalla la conservadora.
«Muchas obras muestran su sentido del humor poco convencional», hasta en «la sala consagrada a los dibujos que hacía para los médicos», asegura Prignitz-Poda.
«Este humor, que me parece verdaderamente magnífico (y) este idioma erótico» son revelados por esta exposición y van a contribuir a «extraer a Frida Kahlo del rincón de los torturados» donde se la relega demasiado fácilmente, espera.
Juntar estos dibujos no ha sido fácil. «Estos regalos han sido durante tiempo guardados celosamente por quienes los recibieron. Y estaban muy dispersos, no siempre ha sido fácil localizarlos» cuenta la responsable del museo.
Durante 3 años, Prignitz-Poda «envió cartas, visitó y convenció a 80 coleccionistas» para reunir los dibujos y ofrecer esta muestra inédita de obras de Kahlo.
Unas 40.000 personas han visita ya la exposición, en menos de 15 días.
Después de Berlín, la exposición podrá verse en el Bank Austria Kunstform de Viena, aunque con cinco lienzos menos, que volverán a sus propietarios despues de ser mostrados en la capital alemana.