Visita centrada en los migrantes y lucha contra el narcotráfico


Felipe Calderón, presidente de México, durante su intervención en la Cumbre de Madrid. Mañana viajará a Estados Unidos en visita oficial. FOTO LA HORA: AFP RAFA RIVAS

El presidente mexicano Felipe Calderón llega mañana a Washington para una visita de Estado complicada por la polémica migratoria en Arizona y la inacabable guerra contra el narcotráfico.


Las elecciones dominicanas se llevaron a cabo ayer. FOTO LA HORA: AFP ERIKA SANTELICES

La polémica ley SB 1070 de Arizona, la primera en Estados Unidos que convierte la migración ilegal en un delito estatal, ha sido criticada tajantemente, tanto por el presidente Barack Obama como por Calderón.

Pero ninguno de los dos puede hacer nada más al respecto, excepto amenazar con impugnar la ley ante la justicia estadounidense, como estudia hacerlo el gobierno Obama, o en el caso de Calderón, emitir un aviso para los mexicanos que viajen a ese estado del suroeste.

Y lo mismo se aplica a la reforma migratoria para legalizar a casi 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, dos tercios de los cuales hispanos.

Obama prometió la reforma pero aún no hay un texto legislativo a debate en el Congreso.

«El tema migratorio es algo interno para ambos presidentes, no pueden ir mucho más allá», considera Shannon O»Neill, experta en Estudios Latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de análisis en Washington.

Calderón ya se reunió el año pasado con Obama en la Casa Blanca, pero esta es la primera visita de Estado de un presidente mexicano a Washington desde 2001.

Ambos mandatarios tienen mucho más que ganar con una exhibición de apoyo mutuo en el caso de la guerra contra el narcotráfico, coinciden expertos.

Calderón, que se encamina rápidamente hacia el final de su presidencia sin grandes resultados polí­ticos ni económicos, «quiere una vez más el respaldo estadounidense en un momento en que la guerra contra el narcotráfico es cada vez más impopular en su paí­s», según Denise Dresser, analista mexicana.

La guerra contra el narcotráfico fue la gran iniciativa de Calderón al llegar al poder en diciembre de 2006.

Casi cuatro años después, la batalla ha dejado casi 23.000 muertos, a pesar de los 50.000 militares que participan en el operativo.

«La brutalidad y la barbaridad van más allá de lo imaginable», declaró la semana pasada la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en referencia a la violencia de los cárteles mexicanos.

La cooperación entre ambos paí­ses frente a esa amenaza común ha llegado a un nivel sin precedentes, resaltan organismos como la Administración Antidrogas estadounidense (DEA).

Pero los expertos también recuerdan que solamente el 2% del dinero para la Iniciativa Mérida para equipar y formar a las fuerzas mexicanas (1.300 millones de dólares en cinco años), fue realmente desembolsado hasta finales de 2009, a causa de las dificultades burocráticas y técnicas.

México tiene también otros contenciosos pendientes con su vecino del norte, como el tráfico de armas que alimenta a los cárteles y diferendos comerciales.

Uno de ellos es el bloqueo del paso de camiones mexicanos en todo el territorio estadounidense, algo que habí­a empezado a experimentarse bajo la presidencia de George W. Bush, pero que fue bloqueado luego por el Congreso demócrata.

«Es un tema más que irritante. Ambas partes han estado intentando resolverlo de forma positiva», resalta Jim Jones, ex embajador estadounidense en México.

Con o sin hay anuncio en ese campo, Obama y Calderón firmarán probablemente acuerdos menores en el campo energético o educativo, explican fuentes oficiales.

Calderón y su esposa Margarita Zavala llegarán el martes por la noche a Washington, procedentes de Madrid, donde se celebra la cumbre Unión Europea-América Latina.

La recepción será por todo lo alto, con cena de Estado y centenares de invitados en la Casa Blanca el miércoles, y un solemne discurso ante el Congreso estadounidense en pleno el jueves por la mañana.

Calderón se dirigirá también a la Cámara de Comercio estadounidense y mantendrá encuentros con organizaciones hispánicas, según fuentes diplomáticas.