Con el Mundial entre ceja y ceja


Las grandes ligas de europeas han terminado, por lo que el «viejo continente» ya tiene la mente puesta en el Mundial de fútbol de Sudáfrica (11 junio – 11 julio), a excepción del Inter de Milán y del Bayern Múnich, que jugarán la final de la Liga de Campeones el 22 de mayo en Madrid.


Después de que los últimos tí­tulos que debí­an disputarse se hayan repartido el pasado fin semana, cayendo en manos del Inter, que ganó su quinto «Scudetto» consecutivo, y en las del Barí§a, que defendió con éxito su condición de campeón de la Liga española, Sudáfrica comienza a centrar la atención.

Aún queda por disputarse la final de la Copa del Rey, en España, pero el partido del miércoles en el que se medirán el Sevilla y el Atlético de Madrid atraerá pocas miradas en el planeta del balompié europeo.

De hecho, otros interrogantes atraen más interés en el fútbol mundial. Por ejemplo: ¿El argentino Lionel Messi, estrella del Barí§a, igualará con la selección argentina, que dirige Diego Maradona, su rendimiento en el club catalán?

La atribución de competiciones internacionales también comienza a ganar importancia, pues el próximo 28 de mayo se decidirá en Ginebra (Suiza) qué paí­s organizará la Eurocopa de fútbol de 2016, una competición que pretenden acoger Francia, Turquí­a e Italia.

Si Francia, cuya selección está encuadrada en el grupo A del Mundial, con México, Uruguay y el paí­s anfitrión, no es elegido para organizar ese evento, 2010 se perfila como un «annus horribilis» para los galos, cuya imagen ha quedado emborronada por la mano de Tierry Henry y el escándalo de prostitución en el que se vio envuelto Franck Ribéry.

Además, Francia está ultimando el cambio de seleccionador nacional, pues Laurent Blanc, el técnico del Burdeos, manifestó el domingo querer ocuparse del banquillo que ocupa actualmente Raymond Domenech, que afronta en Sudáfrica su último compromiso como entrenador de los «Bleus».

En Alemania, los nervios están a flor de piel, porque el capitán de la selección, Michael Ballack, del Chelsea, se dañó el tobillo el sábado, disputando la final de la Copa de Inglaterra, y se perderá el Mundial con lo que el equipo germano suma otro contratiempo.

Su lesión confirma que Ballack tiene mala suerte con los torneos mundiales, pues en Alemania-2006 no pudo disputar el partido de apertura del campeonato por una dolencia en un gemelo y en 2002 se perdió la final por sanción.

Asimismo, el seleccionador alemán, Joachim Low, tiene un serio problema en la porterí­a, habida cuenta el anuncio de la baja del arquero René Adler, también lesionado.

Esta circunstancia hace que Low tenga que elegir entrer tres candidatos para ocupar el arco, Manuel Neuer (Schalke 04), Tim Wiese (Werder Bremen) y Hans-Jorg Butt (Bayern Múnich).

En Inglaterra, la preocupaciones del seleccionador, el italiano Fabio Capello, se centran en la zaga, en la que el equipo presenta numerosas bajas, y Rio Ferdinand, cuya campaña 2009-2010 ha estado maracada por repetidas lesiones, ha tratado de calmar a la afición británica, aunque sin éxito.

Además, David Beckham se perderá el Mundial por una lesión en el tendón de Aquiles pero podrí­a acompañar al equipo en Sudáfrica, aunque Capello no quiere que la inclusión del ex-galáctico del Real Madrid, al que persiguen los medios de comunicación, vaya a perturbar el trabajo de la selección inglesa.

En el fútbol británico hay una cuestión que concierne a Costa de Marfil, pues no se sabe si Didier Drogba, astro del Chelsea, podrá conducir a su equipo más allá de la primera fase del Mundial, pues su selección está en el «Grupo de la Muerte», con Brasil, Portugal y Corea del Norte.

Por su parte, el combiado del paí­s organizador de la cita mundialista tiene pendiente saber cuál es su nivel futbolí­stico.

De momento, la selección que dirige el brasileño Carlos Alberto Parreira goleó a la modesta Tailandia por 4-0, y aún ha de medirse en partidos de preparación a Bulgaria, Colombia y Dinamarca.

Nunca un paí­s organizador del Mundial resultó eliminado en la primera ronda del torneo, y los «Bafana Bafana», apodo del equipo sudafricano, no quieren entrar en la historia con una eliminación en la fase de grupos.