Narcos, maras y poder oculto hunden al paí­s, según informe


Miembros de los Zetas capturados y que fueron remitidos a un juzgado para su declaración. Según el informe, este grupo es uno de los que mantiene el control del narcotráfico en el paí­s. FOTO LA HORA: ARCHIVO

El estudio «Crimen, violencia y la crisis en Guatemala: Un estudio del caso de la erosión del Estado», del analista estadounidense Hald Brands, sumariza las amenazas para gobernar el paí­s, entre las que sobresalen las acciones del crimen organizado, las pandillas y la incursión de narcotraficantes internacionales.

Redacción La Hora
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La investigación realizada a partir de entrevistas, informes y publicaciones, sostiene que Guatemala se encuentra en una profunda crisis como resultado de la combinación de los factores de narcotráfico, pandillas juveniles y crimen organizado, todo lo cual genera una violencia incontrolable que mina la posibilidad de afianzar un modelo democrático capaz de garantizar la gobernabilidad.

Los cárteles de la droga han usado a Guatemala para el trasiego de su producto, no sólo porque está a medio camino de los centros de producción y de los de consumo, sino porque la fragilidad institucional facilita el asentamiento de los grupos criminales.

A ello se suma la complicidad de los llamados poderes ocultos en los que se integran militares, empresarios, polí­ticos, funcionarios, tanto a nivel nacional como de nivel local, quienes aparte de realizar su propia actividad ilí­cita en temas como el contrabando, la defraudación fiscal, el secuestro, robo de autos y el sicariato, sirven para facilitar a los grupos de narcos el tráfico de su producto.

Además, les facilitan el acceso a las corruptas instituciones públicas y también guardan estrecha relación con las pandillas que utilizan en no pocas ocasiones para cuestiones especí­ficas, por lo que al final de cuentas esos poderes ocultos son la bisagra para toda la actividad ilí­cita.

La debilidad de las instituciones nacionales y su vulnerabilidad frente a la actividad de los delincuentes es reiterada a lo largo del estudio que pone de manifiesto la escasa confianza que la gente tiene en sus instituciones por los altos niveles de corrupción y porque no cumplen con los fines esenciales del Estado.

No habla el estudio de un Estado fallido, pero sí­ deja claro que en Guatemala está en graví­simo riesgo el modelo democrático por efecto del papel que está jugando la violencia incontenible que es administrada por el crimen organizado.

Dentro de los poderes ocultos señala concretamente a la Cofradí­a, el Sindicato, el Archivo y Grupo Salvavidas, en tanto que ubica a Los Zetas en el lugar dominante de la nueva estrategia de dominación del narcotráfico y a las maras como el complemento en la generalización de la violencia.

Según el estudio, las posibilidades democráticas de Guatemala están seriamente comprometidas, pero lo peor de todo es que la situación se sigue deteriorando sin que se inicien acciones para detener el desgaste. Por el contrario, todos los dí­as hay indicadores de que el problema se agrava y los guatemaltecos están perdiendo la fe y confianza en sus instituciones para salir adelante.

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