La fusión nuclear, un dificilí­simo proceso


Corea del Norte aseguró hoy haber obtenido la fusión nuclear, celebrándola como un «avance decisivo» hacia nuevas fuentes de energí­a, pero las exigencias económicas y técnicas que implica este procedimiento hacen dudar de la credibilidad de un paí­s pobre y aislado.


La energí­a nuclear puede liberarse de dos maneras: o bien rompiendo núcleos atómicos pesados -esto es, la fisión, método que se aplica para fabricar una bomba atómica- o bien fusionando núcleos muy ligeros -la fusión.

Si bien hace mucho tiempo que se domina la fisión para la producción de electricidad, aún no se puede decir lo mismo de la fusión, un difí­cil método en el que hay que fusionar núcleos atómicos que tienden a repelerse.

El dominio de la fusión implica una serie de desafí­os técnicos, además de una elevadí­sima financiación, y requiere conocimientos especializados de muchos campos y diferentes paí­ses.

Por ello, la afirmación de Corea del Norte, un régimen empobrecido y aislado, se ve con escepticismo.

El Rodong Sinmun, el órgano del partido comunista norcoreano, dijo que los expertos del Norte habí­an desarrollado la fusión nuclear empleando un aparato termonuclear «de estilo coreano».

«La exitosa fusión nuclear es un gran acontecimiento que demuestra el desarrollo agudo y rápido de la ciencia y la tecnologí­a en la RPDC», la República Popular Democrática de Corea, se congratuló el órgano oficial del régimen del presidente Kim Jong-Il, que ensayó la bomba atómica en 2006 y 2009.

Al hacer su anuncio, imposible de verificar en un régimen adicto al secreto, el Rodong no hizo ninguna referencia a un eventual uso militar de la fusión, que permitirí­a fabricar la bomba H.

En la fusión es necesario liberar una enorme cantidad de calor, cercana a 100 millones de grados Celsius, para iniciar el proceso, fusionando núcleos atómicos y confinándolos en un gas llamado plasma.

Pero el inicio del proceso no es el único problema. El otro es cómo mantenerlo en funcionamiento, y cómo contener el plasma de manera que la nube de partí­culas no escape.

A continuación viene una difí­cil ecuación energética: la correlación entre la cantidad de energí­a necesaria para elevar el plasma a una temperatura tan alta, y el rendimiento resultante.

Pese a los avances conseguidos hasta ahora, lo máximo que se ha logrado ha sido un proceso de fusión de apenas unos minutos, con un rendimiento energético bajo.

Los actuales proyectos de fusión nuclear se encuentran en un estadio experimental, a un coste de miles de millones de dólares sólo para ser iniciados.

Existe la iniciativa europea del Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER, por sus siglas en inglés), en Cadarache, en el sur de Francia. El proyecto prevé experimentar con plasma en 2018, y si hay éxito, poner en marcha un reactor comercial hacia el año 2030.

El proyecto, de un coste de 10.000 millones de euros, está financiado por la Unión Europea, que tiene una participación del 45%, China, India, Corea del Sur, Japón, Rusia y Estados Unidos.

Los partidarios de la fusión sostienen que la abundancia de materias primas es casi infinita, y que la propia energí­a y sus desechos son mucho más seguros que con la fisión. Sus detractores dicen que en lugar de invertir el dinero en proyectos tan dispendiosos habrí­a que hacerlo en energí­as renovables como la eólica o la solar.