Cumbre para contener ataques al euro


Los presidentes de Francia e Italia esperan mientras inicia la reunión extraordinaria de la UE por la crisis griega. FOTO LA HORA: AFP MICHEL EULER

Los lí­deres de la Eurozona celebran el viernes una cumbre de emergencia en defensa de su moneda común, atacada en los mercados por los temores de que estalle una crisis de deuda soberana en Europa desatada por Grecia que empiezan a extenderse a todo el mundo.


La reunión de los 16 jefes de Estado y de gobierno en Bruselas persigue enviar un mensaje polí­tico fuerte y lograr un compromiso para emprender las reformas necesarias que garanticen el futuro del euro, ahuyentando los temores de que España y Portugal, fuertemente endeudados, sigan los pasos de Grecia.

La amenaza que planea sobre la Eurozona ha provocado una debacle en los mercados europeos y ha hundido a la moneda única respecto al dólar, al tiempo que el nerviosismo bursátil se empezó a extender a Estados Unidos y Asia.

«Estoy muy inquieto», declaró al respecto el primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, al tiempo que el Banco de Japón inyectaba unos 20.000 millones de dólares al circuito financiero para tranquilizar a los mercados.

Su ministro de Finanzas, Naoto Kan, indicó que mantendrá una conferencia telefónica durante la jornada con sus pares del G7 (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá, Japón) para abordar estos temores.

La cumbre de los lí­deres de la Eurozona se iniciará a las 17H00 GMT, a una hora en que las bolsas europeas ya habrán cerrado.

Los mercados de valores europeos seguí­an registrando fuertes pérdidas el viernes, tras tres sesiones de caí­das generalizadas, mientras que Wall Street abrió igualmente a la baja.

El euro en cambio se daba un respiro después de alcanzar el jueves su nivel más bajo en 15 meses: hacia las 13H10 GMT, la moneda única se cotizaba a 1,2707 dólares.

Los paí­ses que comparten el euro formalizarán en primer lugar el plan de rescate aprobado por la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para Grecia, de un monto de 110.000 millones de euros (146.000 millones de dólares) hasta 2012.

La ayuda financiera, destinada a evitar una quiebra inmediata de Grecia, ha sido condicionada a un plan de austeridad que el gobierno socialista aprobó el jueves, pese a las protestas sociales, que esta semana dejaron tres muertos en Atenas.

La mayorí­a de paí­ses de la zona euro ya ultimaron los trámites nacionales necesarios para desbloquear la ayuda, que se otorgará en forma de préstamos, mientras que el parlamento de Alemania, principal contribuyente de esa ayuda, España e Italia dieron luz verde hoy.

Pero la cumbre está llamada principalmente a garantizar que no existe ningún riesgo de contagio de la crisis griega y que el futuro del euro no pende de un hilo, como han sostenido algunos premios Nobel de Economí­a, como Joseph Stiglitz.

«Se trata de una batalla entre polí­ticos contra mercados» y «estoy dispuesta a ganarla», resumió el jueves la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, criticada por haber retrasado durante tres meses el plan de ayuda a Grecia.

También España, que esta semana se convirtió en el blanco del nerviosismo de los inversores, que siguiendo rumores catastrofistas hicieron caer en picado la bolsa de Madrid, se puso el viernes en pie de guerra.

Madrid cargó contra los «ataques especulativos inaceptables» y aseguró que el nuevo código penal sancionará esas prácticas, el mismo dí­a en que los españoles recibieron la buena noticia de que la economí­a salió de la recesión en el primer trimestre, después de un año y medio de contracción.

Sobre la mesa, los lí­deres de la Eurozona tienen previsto examinar el viernes cómo reforzar la regulación de los mercados y mejorar la disciplina presupuestaria de sus Estados miembros, sin descartar el endurecimiento de sanciones para quienes no hagan los deberes.

Igualmente podrí­an evaluar la idea de crear una agencia europea de calificación para contrarrestar la influencia de las tres anglosajonas en los mercados – Standard & Poor»s, Fitch y Moody»s -, y cuya credibilidad quedó en entredicho desde el estallido de la crisis financiera mundial, según fuentes europeas.

«Estamos jugando con fuego. Nos jugamos la estabilidad de la Eurozona y evitar la quiebra de Grecia. Los mercados necesitan una señal fuerte» de los 16 dirigentes, añadieron las fuentes.