El actor escocés Sean Connery y su esposa Micheline han sido citados a declarar como imputados en la nueva causa que investiga el blanqueo de capitales en el sector inmobiliario. Tendrán que declarar en los próximos días en el juzgado número 1 de Marbella junto a cinco abogados, también implicados.
El caso, que se encuentra bajo secreto sumarial, forma parte de una macrocausa en la que se están examinando diferentes convenios urbanísticos firmados durante el mandato del partido de Jesús Gil en la alcaldía de Marbella. Las imputaciones de Connery, su esposa y los abogados, se suman a la de una veintena de personas que ya han declarado por otras operaciones urbanísticas.
La policía registró el miércoles dos de las sedes de la firma DB&T en la Costa del Sol y Madrid en busca de documentación relacionada con este caso, desgajado de la Operación Malaya contra la corrupción en el municipio marbellí y que se instruye en el Juzgado 1 de Marbella.
El juzgado investiga la venta de la finca Casa Malibú, que había sido propiedad del actor escocés Sean Connery, de 79 años, y donde se levantó un complejo de apartamentos de lujo en primera línea de playa.
El actor que encarnó al famoso agente 007 compró la mencionada finca en los años setenta y los puso en venta en por nueve millones de dólares 28 años después a través de la inmobiliaria británica Knight Frank.