Hace algunos días, amables lectores, me enviaron correos electrónicos informándome acerca de una medida de carácter administrativo-docente en algunas unidades académicas de la Universidad de San Carlos, sin indicar de forma puntual a cuáles unidades se refirieron.
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La medida de marras fue: LA SUPRESIí“N EN EL Pí‰NSUM DE ESTUDIOS DEL CURSO DE HISTORIA DE LA CULTURA EN GUATEMALA, el cual ha sido impartido de manera general en todas las unidades académicas durante el primer semestre de estudios, con el objetivo de proporcionar una pincelada general a los estudiantes de nuevo ingreso acerca del desarrollo cultural en Guatemala.
El curso de HISTORIA DE LA CULTURA EN GUATEMALA proporciona el conocimiento básico e imprescindible de las diferentes etapas políticas del país para comprender el presente con su desarrollo político, social y económico. Su importancia radica en el análisis y crítica que, de cada época, se hace para conocer las motivaciones, razones o causas políticas o de otra índole que indujeron a los gobernantes guatemaltecos a tomar en su momento determinadas acciones de gobierno, mismas que tuvieron como consecuencia el «adelanto», «estancamiento» o «proyección futurista» en la vida del Estado mismo y de la población guatemalteca.
El curso de HISTORIA DE LA CULTURA EN GUATEMALA, tengo entendido que abarca la época indígena, la conquista, colonización, época independiente y época contemporánea hasta el período de la guerra interna y la firma de la paz; lo cual proporciona a los jóvenes estudiantes la oportunidad de conocer sin sesgos el porqué, cómo, cuándo, dónde y quiénes fueron y son los responsables del actual modo, forma, estilo o nivel de vida de la población guatemalteca.
De ser cierta tal aseveración, la supresión del curso de HISTORIA DE LA CULTURA EN GUATEMALA, podemos decir que es una aberración docente que DEBE SER CORREGIDA DE INMEDIATO por las autoridades universitarias, puesto que el conocimiento de nuestro pasado es vital para conocer la obligación moral que tenemos los sancarlistas para ajustar nuestro trabajo profesional a la proyección social hacia la población que con sus impuestos costeó nuestros estudios.
¿Qué opina al respecto la Escuela de Historia de la Usac? ¿Qué puede opinar el Colegio Profesional de Humanidades? ¿Qué dicen en relación al tema los antropólogos, etnólogos, arqueólogos, sociólogos y demás humanistas de la USAC?
La responsabilidad de las actuales autoridades de la Usac en la formación intelectual de sus estudiantes en todas las unidades académicas, no pueden obviar ese aspecto de suyo tan importantísimo como es la HISTORIA DE LA CULTURA EN GUATEMALA.
Vale la pena que se investigue, se averigí¼e, se indague, se inquiera a las unidades académicas que hayan tomado dicha medida y se revoque de inmediato. A la vez, que de los resultados se le informe al pueblo.