El cineasta franco-polaco Roman Polanski rompió su silencio, al denunciar que la demanda de extradición de Estados Unidos en su contra por un caso judicial que data de los años 70 «se basó en una mentira»
En un texto remitido a su amigo, el filósofo Bernard-Henri Lévy, y dirigido a la opinión pública bajo el título de «No puedo callar más», el realizador explica que hasta ahora ha querido respetar el trabajo de las autoridades judiciales, pero que ha llegado el momento de pedir que se le trate «como a todo el mundo».
A petición suya, Lévy ha difundido el escrito en la página web de literatura y cultura que dirige el pensador, «La rí¨gle du jeu», en la que Polanski admite: «es cierto. Hace 33 años me declaré culpable» pero precisa que ya pagó por ello, -por haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 13 años-, con una pena de 42 días en la prisión estatal de Chino (California).