Presión para sanear sus cuentas


Unos jóvenes practican con su patineta frente a la sede del Banco Central Europeo, donde se discute la crisis griega. FOTO LA HORA: AFP THOMAS LOHNES

Grecia seguí­a recibiendo presiones este jueves para adoptar un severo plan de ajuste fiscal que le permita reducir su elevado endeudamiento y calmar de ese modo los temores de que la crisis se extienda a otros paí­ses como Portugal y España, cuya deuda soberana también fue degradada.


La Comisión Europea indicó que las discusiones sobre el paquete de ayuda de la Eurozona y el FMI a Grecia estaban a punto de terminar, pero supeditó su entrega a la aplicación de las reformas fiscales y estructurales prometidas por Atenas para reducir su déficit.

«La financiación a Grecia en forma de préstamos coordinados de los Estados miembros de la zona euro estará condicionada a la aplicación de las decisiones pedidas en cada etapa, para que se cumplan las condiciones de consolidación presupuestaria y de reformas estructurales», indicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Según una fuente sindical griega, la UE y el FMI están pidiendo al gobierno griego que en los dos próximos años rebaje en diez puntos porcentuales el déficit público, que en 2009 alcanzó el 13,6% del PIB.

Los dos principales sindicatos griegos convocaron esta semana a una huelga general para el 5 de mayo.

Grecia ya adoptó un plan de ajuste que incluye un alza del IVA y otros impuestos y recortes salariales.

En plan de ayuda de la Eurozona y el FMI, de tres años, prevé en principio ayudas por 45.000 millones de euros (unos 60.000 millones de dólares) en 2010. El FMI aportarí­a un tercio de ese monto.

Según indicaron dos diputados alemanes tras reunirse con los directivos del FMI y el BCE, Grecia necesitará un total de 100.000 a 120.000 millones de euros de ayuda de aquí­ a 2012.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, también hicieron presión el miércoles por la noche, y llamaron a que Atenas emprenda una «acción decidida» para controlar el déficit fiscal y su deuda, de 300.000 millones de euros (115,1% del PIB).

Los mercados de valores y el euro se vieron afectados en los últimos dí­as por la decisión de la agencia de calificación financiera Standard and Poor»s (S&P) de degradar la nota de la deuda griega a largo plazo al estatus de «bonos basura» y de rebajar las notas de Portugal y España, advirtiendo que podrí­a rebajarlas aún más si la situación fiscal de estos paí­ses no mejorara.

En un intento por calmar la situación, el presidente francés Nicolas Sarkozy, cuyo paí­s será el segundo contribuyente después de Alemania en el paquete de ayuda a Grecia, se dijo en perfecta sintoní­a con Berlí­n y «decidido» a apoyar a Grecia y al euro.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, viajó el miércoles a Berlí­n junto al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, para vencer las reticencias de los diputados de Alemania, que será el principal contribuyente al plan de ayuda, pero que se está haciendo rogar.

Tras reunirse con Strauss-Kahn, la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, llamó a acelerar las discusiones para que el plan esté listo rápidamente.

El jefe del banco central alemán (Bundesbank), Axel Weber, recalcó que el plan de ayuda a Grecia es necesario para evitar el contagio de la crisis en la eurozona.

«Al fin y al cabo, una ayuda a Grecia es el mejor medio actual para evitar una propagación de la crisis a otros paí­ses de la comunidad y evitar consecuencias negativas para la eurozona», afirmó en una entrevista al diario alemán Bild.

La movilización parecí­a surtir efecto en los mercados.

La Bolsa de Atenas ganaba al final de la mañana más del 6,5%, el euro se recuperaba de su nivel más bajo en un año y las demás plazas europeas se reponí­an tí­midamente, siguiendo la tendencia de Wall Street después de dos dí­as de pérdidas.

También el rendimiento del bono griego a diez años se calmaba, por debajo de 9,8%, después de batir el martes un récord histórico para un paí­s de la zona euro, por encima del 11%.

En España, el gobierno rechazó las proyecciones macroeconómicas comunicadas por S&P para justificar su decisión de degradar la nota de la deuda de este paí­s, de «AA » a «AA».

La previsión de S&P de crecimiento medio anual del 0,7% anual en el perí­odo 2010-2016 «está claramente por debajo de las estimaciones que hacen no sólo el gobierno sino la mayorí­a de los analistas tanto nacionales como internacionales», declaró el secretario de Estado de Economí­a, José Manuel Campa, a Radio Nacional de España (RNE).