Muestras recientes de ese despertar de la sociedad civil, de grupos, organizaciones e individuos activos y beligerantes recientemente son las opiniones, manifestaciones y noticias sobre la lista de aspirantes y el proceso de selección que la Comisión Postuladora ha recibido para determinar a los seis profesionales que se elevará a conocimiento del Presidente de la República para que dentro de los mismos escoja a quien se desempeñe como Fiscal General.
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En el caso del Fiscal General, la cobertura que los medios han hecho ha permitido a un elevado número de guatemaltecos saber el nombre y en parte la historia profesional y particular de cada uno de los aspirantes. También ha permitido saber, sin duda de ninguna especie, cómo votó en la Comisión de Postulación el Presidente del Organismo Judicial, el Presidente del Colegio de Abogados, el Presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y cada uno de los decanos de las facultades de Derecho que existen en el país.
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Esto le permite a la ciudadanía, y particularmente a los miembros del Colegio de Abogados, saber el actuar de los miembros de la Comisión de Postulación. También hace notorio el acierto o el desacierto con que procedieron cada uno de ellos.
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En lo particular, en ese caso, me llama la atención el proceder del voto del Presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados, que no consideró adecuado votar por la única mujer que quedó como parte integrante de los seis postulados. En su oportunidad, si es que la situación se presenta, ejerceré mi derecho para solicitarle una explicación, hecho al que como abogado colegiado y por consiguiente uno de sus representados o mandantes tengo el derecho.
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Otro hecho es la información y en cierta forma también las noticias que generó la elección del próximo Rector de la Universidad de San Carlos y los planteamientos y críticas que han merecido las cabezas de las tres planillas que se presentaron en esa elección.
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En la elección de Rector de la tricentenaria Universidad de San Carlos, única universidad pública financiada por los impuestos, es evidente que en el proceso de elegir a los 32 grupos de electores en representación de profesionales, docentes y estudiantes, además de la nutrida información que recogieron los medios, se evidencia la acción de personas ajenas al proceso eleccionario que trataron de intervenir y de influir. Ejemplo, por parte de la cúpula económica trató de influir Dionisio Gutiérrez, a través de su instrumento televisivo «Libre Encuentro»; también, el presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados públicamente señaló a Sandra y Gloria Torres de intervenir, a su vez él estuvo presente en el evento eleccionario actuando y gestionando a favor de uno de los candidatos que no triunfó. Igualmente, personas del Partido Patriota en Escuintla y otros departamentos abogaron a favor de uno de los tres candidatos que a pesar del apoyo no logró más que cuatro cuerpos electorales. Este tipo de actuar es precisamente lo que no debe darse porque una cosa es opinar, criticar, otra cosa es votar como profesional y otra es involucrarse de forma ajena e improcedente de manera parcial en una elección, de todo ello la sociedad debe tomar nota y sacar experiencia.