La ciudadanía se agita y se contrae porque todo sigue igual que ayer, la impunidad sigue su curso, muertes por aquí, muertes por allá, asaltos y violaciones a la libertad de Prensa con disfrazadas intimidaciones, corrupción en casi la totalidad de instituciones gobiernistas y nadie puede hacer nada para detener esta descomposición social que nos enfrentará a todos al final.
Las palabras y ofrecimientos de seguridad se pierden en la nada, todo es falacia, no hay pantalones para enfrentar a estas olas de criminalidad que están acabando con los seres humanos, hombres, mujeres y niños caen día a día y no se encuentra a los culpables, todo queda empantanado en los entes encargados de aplicar la justicia, hemos vuelto a la edad de los cavernícolas cuando se dice que se comían los unos a los otros pero, existía la ignorancia, no la maldad que hoy con conocimiento de causa extingue de creación humana de DIOS.
El pueblo anhela a los mandatarios de temple y aplomo, como un Jorge Ubico dictador pero honrado y con seguridad al pueblo, un Enrique Peralta Azurdia, que en el corto periodo que fungió como mandatario erradicó la violencia, los asaltos y robos e hizo a la ciudadanía en malos pasos respetar las fuerzas civiles y militares.
En los despilfarros, desfalcos millonarios también se anhela un Juan José Arévalo Bermejo, que dio muchos beneficios al pueblo sin meter la mano corrupta, un Jacobo Arbenz Guzmán, que procuró y trabajó para dar a los desposeídos una vida digna para ellos y sus hijos, les otorgó tierras y ayudas económicas para el desenvolvimiento agrícola, la Ley Agraria es dotar de tierras al campesinado con bienes del Estado y no es comunismo como se aseveró en aquellos tiempos, por fuerzas intervencionistas de capitales extranjeros, el soldado del pueblo fue acusado de comunista y derrocado por recuperar los bienes de la nación.
En estos tiempos también hubo unos que a la sombra de los acontecimientos abusaron, queriendo tomar las cosas por la fuerza, acusaban a sus enemigos de terratenientes a la caída del Gobierno arbencista, los otros eran acusados de comunistas, cada quien lo hizo en su momento, sobrepasando los límites de la mentira sobre la verdad.
Mas quien diría en ese entonces que vendrían otros gobernantes a piñatizar esos activos que le daban vida económica a los ciudadanos GUATEMALTECOS y ahora estamos en la calle despojados de todos los bienes del pueblo, entregados o más bien dicho regalados por unos miserables dólares en su aparente legalidad con el pretexto de la globalización que dio paso a la privatización y modernización del Estado, juego de malabarismo en el cual muchos llenaron sus cuentas bancarias y ahora son los millonarios del milenio, mientras en la capital, en las áreas marginales y caseríos del país hay desempleo, hambre y desnutrición de niños y adultos, con más fuerza en los llamados corredores secos afectados también por el cambio climático, calentamiento global de la Tierra.