Israel anunció hoy que multiplicará sus vuelos sobre Líbano luego del enfrentamiento entre militares de ambos países en la frontera, primer incidente armado desde la guerra de mediados del año pasado, pero aseguró que no busca provocar una escalada.
«Vamos a proseguir nuestros vuelos y reforzar nuestras actividades aéreas sobre Líbano», dijo a la radio pública el general Alon Friedman, jefe de Estado Mayor de la comandancia de la región militar norte.
De su lado, el ministro de Defensa Amir Peretz, que mantuvo consultas con el Estado Mayor, afirmó en un comunicado que Israel «no tiene ninguna intención de provocar una degradación o una escalada, pero allí donde haya disparos peligrosos contra nuestras tropas nos veremos obligados de replicar».
El ministro de Seguridad Interior, Avi Dichter, también estimó que no creía en una escalada militar. «A ninguna de las partes presentes le interesa este tipo de situación», dijo a la radio militar.
Según Peretz, la unidad israelí que disparó obuses contra los soldados libaneses actuó «conforme a los procedimientos y en respeto de la resolución 1701» del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 34 días contra la milicia chiita libanesa Hezbolá a fines de agosto.
Peretz también destacó que Israel «no tiene ninguna intención de regresar a la política seguida en los últimos años, que consistía en cerrar los ojos».
El ministro aludía a la presencia de combatientes de Hezbolá a veces a sólo unos metros de la frontera, después de que el ejército israelí puso fin a su ocupación del sur del Líbano en el año 2000.
Severamente criticado por la falta de preparación de las tropas durante la guerra de julio y agosto, Peretz alega que fueron sus predecesores quienes permitieron que el Hezbolá se desplegara en la frontera e instalara toda una red de fortificaciones subterráneas.
El ministro destacó sin embargo que «las fuerzas de la FINUL (Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano) y el ejército libanés cumplen su misión y tenemos la intención de seguir actuando en el marco de las reglas y de la política aplicada en los últimos meses».
El jueves, un portavoz de la FINUL, Milos Strugar, calificó de «incidente grave» el intercambio de disparos entre los ejércitos libanés e israelí a través de la frontera.
El miércoles de noche, una fuente militar israelí indicó que los disparos, que no dejaron heridos, fueron realizados en dirección de militares israelíes que intentaban nivelar el sector israelí cerca de la frontera, donde el lunes fueron descubiertas cuatro cargas explosivas.
«Nuestras consignas para disparar cambiaron desde el fin de la guerra, podemos tirar contra los que nos disparan, instalan artefactos explosivos o pueden constituir una amenaza», agregó el general Friedman.
En el norte de Israel, en localidades cercanas a la frontera con Líbano, las autoridades trabajan intensamente para proteger a los habitantes en caso de un nuevo conflicto con el Hezbolá.
En Kyriat Chmona, donde cayeron más de 800 cohetes durante la guerra, se habilitaban y construían nuevos refugios subterráneos.
En el hospital de Safed, en Galilea oriental, se habilitan instalaciones eléctricas para los aparatos médicos en las salas subterráneas reservadas hasta ahora a los archivos y a la lavandería.