El Barcelona confí­a más que nunca en Messi


Lionel Messi, delantero del Barcelona, durante el partido contra el Xerez. FOTO LA HORA: AFP LLUIS GENE

Para remontar ante el Inter de Milan el miércoles y poder jugar la final de la Liga de Campeones, el Barí§a deberá marcar por lo menos dos goles en el Camp Nou, por lo cual deberá contar con un Messi mucho más en forma que en el partido de ida.


Cuando al entrenador «Pep» Guardiola se le pregunta cuáles son las claves para remontar ante el Inter, responde que «ser nosotros mismos», lo que quiere decir: controlar el partido, recuperar la mayor cantidad posible de balones y crear un montón de ocasiones.

Pero también y sobre todo, contar con la eficacia del máximo goleador del equipo, el argentino «Leo» Messi.

No hay otra opción. Incluso si Henry e Ibrahimovic son capaces de marcar (lo que acaban de hacer en Liga el sábado, en un 3-1 contra el Xerez), no tienen la misma potencia que el argentino, autor esta temporada de 40 goles en todas las competiciones.

Solo Pedro, autor del gol en Milan (derrota 3-1), puede aspirar a competir con el Balón de oro del 2009 en cuanto a goles marcados, si bien disputó menos partidos.

Además, el prodigio argentino, de 22 años, se destapa en la Liga: ya máximo goleador de la temporada pasada (con 9 goles), lleva este año ocho goles antes de disputarse la vuelta de las semifinales.

El interrogante es saber cómo se hace para que Messi vuelva a sus explosiones ante el Inter y ofrezca al público del Camp Nou una nueva noche europea mágica después de lo que hizo frente al Stuttgart (4-0 con una tripleta) o ante el Arsenal (4-1, autor de los cuatro goles).

Guardiola tuvo una semana para rumiar su plan y preparar su venganza después de la lección dada en el partido de ida por el «maestro» José Mourinho.

Pero no desvelará nada antes del miércoles.

Lo único que dijo es lo mismo de siempre, es decir, que su equipo jugará desde el inicio para marcar gol. Esta vez mucho más que en las otras ocasiones.

«El partido así­ lo exige. No podemos esperar a ver qué pasa mientras los minutos transcurren. Hay que remontar muchos goles», advirtió.

Una cosa es segura: el entrenador catalán no reeditará la experiencia del partido de ida, con Maxwell, habitual lateral izquierdo, llevado al puesto de ala después de la entrada en juego de Abidal (62).

Si esto funcionó 45 minutos en el césped del Real Madrid durante el clásico (2-0), se tradujo en un fracaso ante el mecanismo bien engrasado del Inter.

Quizás reforzará su centro del campo, cuestión de darle más libertad ofensiva a Xavi, indispensable rampa de lanzamiento para los ataques de Messi.

Anulándolo en Milán, el Inter cortó la peligrosa conexión con el argentino, que se mostró casi inofensivo.

Guardiola podrí­a también decidirse por lanzar al francés Thierry Henry, que marcó gol el sábado y que se asoció perfectamente con Messi en la demostración contra el Valencia hace un mes y medio en la Liga (3-0).

Pero el rompecabezas para Guardiola no termina aquí­. También deberá vigilar para no descuidar su lí­nea defensiva volcándola al ataque. Porque el Inter, si bien se defendió muy bien a la ida, también se mostró implacable delante, con su trí­o Sneijder-Milito-Eto»o.

Y si un gol complicarí­a seriamente las cosas al Barí§a, dos lo matan.

Amor, rivalidad y polémicas


El entrenador del Inter de Milán, José Mourinho, mantiene unas tensas relaciones con el Barcelona, mezcladas de amor, rivalidad y polémicas, un club al que desafí­a el miércoles en el Camp Nou en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones.

El portugués, que acude a la capital catalana con una ventaja de 3-1 obtenida en San Siro, pasó desapercibido como entrenador adjunto en el Barcelona desde 1996 a 2000 pero, después, destacó por sus diatribas contra los «azulgrana».

Su paso por la ciudad condal se debió a la petición del inglés Bobby Robson con el que compartió banquillo en el Sporting Portugal y, después, en el Oporto.

«Mou» llegó a Cataluña en 1996 cuando el británico se comprometió con el Barcelona. Estudioso, aprendió muchí­simo del técnico, al mismo tiempo que adquirí­a los principios de la escuela del Barcelona.

Tras la marcha de Robson en 1997, pese a ganar la Recopa, actual Europa League, el portugués decidió quedarse a la órdenes del técnico holandés Louis van Gaal para seguir mejorando sus conocimientos de la escuela holandesa, a la vez que salí­an de la cantera jugadores como Xavi Hernández o Andrés Iniesta.

En Londres, Mourinho se convirtió en una estrella mediática en su nuevo club, el Chelsea, y se enfrentó al club catalán dos veces consecutivos.

En 2005, los catalanes ganaron por 2-1 en el partido de ida pero Mourinho protestó porque el entonces técnico del Barcelona, el neerlandés Frank Rijkaard, habló en el descanso con el árbitro, también holandés, Anders Frisk.

Tras estas declaraciones, el colegiado recibió amenazas de muerte, que obligaron a terminar su carrera.

Mourinho fue suspendido por dos partidos y el jefe de los árbitros de la UEFA, Volker Roth, lo calificó como «enemigo del fútbol». Sin embargo, el Chelsea terminó ganando por 4-2.

El portugués lanzó una diatriba: «El Barcelona es un gran club, pero solamente ha ganado una Liga de Campeones en cien años. Yo llevo algunos años entrenando y ya la he ganado».

El Barcelona se vengó después con un resultado de 2-1 en Londres y un empate a un gol en Barcelona, un partido en el que el Chelsea jugó con diez jugadores por la expulsión del vasco Asier del Horno por una entrada grave a «Leo» Messi.

«Hemos jugado contra el Barcelona cuatro veces en dos años y nunca nos han ganado en un once contra once. Barcelona es una ciudad de cultura con mucho teatro y este chico (Messi) ha aprendido bien la comedia», aseguró Mourinho.

Después de varios intentos fracasados de ganar la Liga de Campeones, el técnico se marchó al Inter de Milán. Con el club italiano, se enfrentó este año en la primera fase con un empate en San Siro y un 2-0 para el Barcelona en el Camp Nou, sin que se creara ninguna polémica.

No obstante, se reencuentran en las semifinales y Mourinho rindió homenaje a su ex equipo tras ganar 3-1 en Milán: «El Barcelona, es una escuela de fútbol y de vida, donde se crece como jugador y hombre. ¿Ha visto a Xavi, Iniesta o Messi hacer algo malo fuera de los terrenos?», precisó.

Los catalanes se quejaron del arbitraje del también portugués Olegario Benquerenca, por lo que Mourinho recordó que puede que el Barcelona quisiera al colegiado noruego Ovrebo que pitó el encuentro que eliminó al Chelsea en la semifinal de Champions League.