El poeta mexicano José Emilio Pacheco denunció la penuria de los escritores al recibir hoy el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en lengua española, de manos del Rey de España en la Universidad de Alcalá de Henares (cerca de Madrid).
Pacheco, de 70 años, recibió el Cervantes en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cuna del creador de «El Quijote», Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), coincidiendo, como cada 23 de abril, con día del aniversario de la muerte del maestro español.
En un corto discurso, el poeta y novelista mexicano, autor de obras como «Islas a la deriva», aludió a la «penuria» vivida por Cervantes y por los escritores de todas las épocas.
«La situación sólo ha cambiado de nombres: casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante», lamentó el poeta, que esta semana indicó que destinará los 125.000 euros (unos 169.000 dólares) del premio a gastos de hospitales.
Ello «no es culpa de nuestra vileza esencial, sino de un acontecimiento ya bimilenario que tiende a agudizarse en la era electrónica», denunció, y estimó que «internet es al mismo tiempo la cámara de los horrores y el Retablo de Maravillas», en un guiño a otra obra de Cervantes.
Pacheco, que dijo que recibir este premio le pareció «una irrealidad quijotesca» y que le habría gustado que «hubiera sido para Cervantes», recordó el momento en que de niño tuvo su primer contacto con el Quijote al verlo en una obra de teatro que le hizo descubrir «que hay otra realidad llamada ficción».
Y en el tiempo actual, en medio de la «catástrofe» y «el horror que nos cerca por todas partes», «el misterio y la gloria del Quijote (…) hoy como nunca son capaces de darnos respuestas», señaló el escritor después de mencionar los terremotos, la nube de ceniza, «la miseria creciente» y «la inusitada violencia que devasta países como México».
El rey Juan Carlos, que recordó que el Cervantes quiere «honrar y reconocer la labor de aquellos escritores cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio de la lengua» española, destacó de Pacheco una «diversidad creativa» en géneros y estilos que «ha estado siempre teñida de un profundo sentimiento de cercanía humana».
«Su pluma rezuma bondad y modestia», «humanidad» y «compromiso fraterno»; Pacheco «nos adentra en un mundo poético marcado por la conciencia de lo efímero» y su poesía es «entendida casi como un producto social de todos y para todos», describió.
El monarca dio las gracias al autor de «Alta traición» por su «precisa y generosa labor de investigación y divulgación de otros creadores» mexicanos y por «fomentar el estudio y la recuperación de autores menos conocidos», y a México por su aportación a la cultura.
Asimismo recordó el «vibrante» poema «Las ruinas de México», sobre el terremoto de 1985 en la capital mexicana, lo que le llevó a reiterar su «dolor» pos los seísmos de Haití y Chile.
Y la ministra española de Cultura, Angeles González-Sinde, dijo del galardonado que es «un maestro en el misterio del manejo del tiempo» y «un gran fabulista».
Con un «lenguaje de una precisión llena de pureza», Pacheco «nos ha dicho que no estaremos en la Tierra para siempre, sólo un instante breve»; «nos ha enseñado que lo frágil perdura, que hay defensa contra el vacío y que se puede tener conciencia del tiempo», resumió.
El multipremiado escritor (Ciudad de México, 1939), que el año pasado recibió el Reina Sofía de poesía iberoamericana, es miembro de la generación de los años 50 junto a autores como Carlos Monsiváis, Sergio Pitol y Juan Vicente Melo.
Entre sus obras están los poemarios «Los trabajos del mar», «Irás y no volverás» y «Miro la tierra» y las novelas «Batallas en el desierto» y «El principio del placer».
El Cervantes es entregado alternativamente a autores españoles y latinoamericanos y lo obtuvo el año pasado el español Juan Marsé y el anterior, el argentino Juan Gelman.
En ediciones anteriores lo ganaron Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Octavio Paz, Ernesto Sábato, Alvaro Mutis y Mario Vargas Llosa, entre otros.
El poeta mexicano José Emilio Pacheco, que hoy recibió el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispanas, guardó este miércoles en una caja fuerte del Instituto Cervantes su legado para los próximos 100 años, en el que incluyó sus dos últimos libros.
«En el siglo XXI no sé si existirá la poesía y los libros como tal, pero sí existirá la lengua española y la poesía», dijo Pacheco este miércoles al depositar su legado en «La caja de las letras» en la sede del Instituto Cervantes de Madrid.
«Ante ellas yo soy una gota de agua en el océano y un átomo de una cadena que empezó hace mil años y que ahora con humildad y orgullo trasmito a ustedes para que tengan piedad y compasión de una época tan oscura y tan sangrienta», añadió el literato mexicano.
Pacheco guardó en la caja 1.525 sus dos últimos libros «Tarde o temprano. Poemas 1958-2009», y su novela «Las batallas del desierto», junto a unos manuscritos de sus cuadernos, «escritos en el papel más barato, con mis primeras crónicas literarias que me ayudaron a vivir» y sus manuscritos poéticos.
El poeta mexicano también guardó una pluma estilográfica, un bolígrafo y un rotulador de punta fina, en lo que suponen «tres instrumentos de escritura que dentro de un siglo serán como vestigios de una caverna de la prehistoria», dijo el poeta, en alusión al tiempo que ha decidido que tiene que pasar antes de que se pueda volver a abrir esta caja fuerte en 2110.
Pacheco estuvo acompañado durante el acto por su esposa, Cristina, y sus dos hijas, Laura y Cecilia, junto a la ministra española de Cultura, Angeles González-Sinde, y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.
Tras llevar a cabo el depósito de su legado, el poeta mexicano firmó en el libro de honor del Instituto Cervantes y recibió una llave simbólica junto a un certificado acreditativo de la cesión.
José Emilio Pacheco recibió hoy de manos del rey Juan Carlos I de España el premio Cervantes en una ceremonia en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad natal del autor del «Quijote».