El liberal demócrata Nick Clegg, nueva estrella de la política británica, se hallaba hoy bajo presión antes del segundo debate televisivo entre los líderes de los principales partidos de cara a las elecciones generales del 6 de mayo, que estará centrado en Europa.
Su estelar actuación hace una semana en el primer enfrentamiento con el primer ministro laborista Gordon Brown y el jefe de la oposición conservadora David Cameron dio al prácticamente desconocido líder de la tercera fuerza política de Gran Bretaña un empujón de hasta 12 puntos en las encuestas, convirtiendo la campaña en una carrera a tres bandas.
El sondeo diario de YouGov para el diario The Sun otorga a los conservadores un 33% de las intenciones de voto, contra 31% para los liberal demócratas y un 27% para los laboristas, aunque debido a las particularidades del sistema electoral británico estos últimos serían los que obtendrían más escaños.
Para contrarrestar la inesperada popularidad de Clegg, de 43 años, Brown y Cameron deberían intensificar sus ataques en este debate dedicado en gran parte a la política exterior, especialmente el conservador al ser el más tiene que perder con la ascensión de este político igual de joven y telegénico que él.
La prensa matutina conservadora, que somete desde hace días al líder «LibDem» a un intenso escrutinio, le anticipó lo que le espera esta noche en el plató de Bristol (suroeste de Inglaterra).
El Daily Telegraph publicó en portada que tres donantes de su partido ingresaron directamente sus contribuciones en la cuenta personal de Clegg, y no en la del partido, antes incluso de que éste fuera líder. El liberal demócrata se defendió el jueves diciendo que el «dinero fue declarado de manera apropiada» y que iba a «publicar las cifras para demostrarlo».
El sensacionalista Daily Express le critica por sus propuestas en materia de inmigración, que desatienden «la primera obligación del Estado de cuidar de su propia gente», y el tabloide Daily Mail fue todavía más lejos.
«Tal vez es injusto decir que su padre es medio ruso, su madre holandesa y está casado con una española. Pero es justo decir que Clegg es un desvergonzado admirador del proyecto europeo -que desprecia la soberanía nacional- y quiere unirse al euro».
Ante una población británica mayoritariamente euroescéptica, Cameron tratará de poner en evidencia el europeísmo de Clegg, ex diputado europeo, políglota y que aboga a largo plazo por un ingreso de su país en la zona euro, «cuando las condiciones sean adecuadas».
Otros temas que podrían enfrentar a los candidatos son la estrategia en Afganistán, el futuro del sistema de disuasión nuclear Trident o la participación británica en la guerra de Irak, que los liberales demócratas no respaldaron.
«Tenemos una pelea que disputar. No hay ninguna duda», declaró este jueves David Cameron, que dominó claramente los sondeos durante dos años y hasta muy recientemente se veía ya inquilino de Downing Street.
Para el ministro de Relaciones Exteriores, David Miliband, estos ataques demuestran un «profundo pánico en las filas Tories». «Debemos dejar que los Tories y los LibDems luchen en términos de presentación. Vamos a demostrar que sólo hay un hombre de Estado en el escenario esta noche», agregó el que muchos ven ya como sucesor de Brown.