Ian McKellen en los X-Men, Paul Bettany, en El código Da Vinci y el malísimo Hannibal Lechter caracterizado por Anthony Hopkins son algunos ejemplos de que en Hollywood el arquetipo del malo británico se lleva bastante.
Lo suficiente para que Helen Mirren esté en desacuerdo y pida a los estudios estadounidenses que dejen de lado la tendencia de elegir a sus compatriotas para interpretar a los villanos.
«Creo que es desafortunado que el villano de todas las películas siempre sea británico. Somos un blanco tan fácil, que es muy cómodo hacer que los malos seamos los ingleses», ha dicho Mirren en un reciente evento en Los íngeles que celebraba, precisamente, el éxito de los actores de Reino Unido en el cine estadounidense.
«Debo decir que no somos tan arrogantes y malévolos como las criaturas malignas con las que tantas veces se nos retrata», se ha defendido la actriz de 64 años, según informa la BBC. «De hecho, somos bastante guays y modernos».